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Las violaciones, los abusos y las agresiones sexuales de las que son víctimas las mujeres se incrementaron el último semestre, sobre todo a bordo de taxis; por estos ilícitos, la Fiscalía Central de Investigación para la Atención de Delitos Sexuales de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad detuvo en ese mismo periodo a cuatro choferes con el perfil de violadores seriales, entre ellos suman 21 víctimas que los denunciaron y reconocieron plenamente como sus agresores.

Los agentes de investigación identificaron el perfil de los taxistas violadores y de sus víctimas, así como el modus operandi: buscan a las mujeres afuera de los antros o cuando salen de sus centros de trabajo, las tratan de manera amable, cuando se descuidan las amagan con un arma de fuego y dentro del taxi abusan de ellas.

Aunque abordan los taxis en sectores como la Roma, Condesa, Nápoles y Santa Fe, son violentadas en las inmediaciones de la alcaldía Álvaro Obregón, debido a que las condiciones de esa demarcación son propicias para cometer el delito.

De acuerdo con María Concepción Prado, titular de la fiscalía, la falta de iluminación, de vigilancia y los múltiples callejones que existen en ese territorio facilitan la agresión de los conductores.

Las víctimas son jóvenes de entre 20 y 25 años, “divertidas, que salen de antro”, de buen cuerpo y que regularmente utilizan este servicio solas, detalla de funcionaria.

“A través del trabajo de inteligencia de la Policía de Investigación (PDI) detectamos cuatro casos de violadores seriales, todos taxistas, quienes suman un total de 21 víctimas y seis carpetas de investigación, con un perfil definido, pues los abusos se cometen en la alcaldía Álvaro Obregón, a pesar de que las víctimas abordaban los taxis en otros puntos.


También se identificó y detuvo a Juan Carlos “N”, el serial de la Condesa, un taxista de 35 años que operaba por las noches en las inmediaciones de esa colonia, éste tenía un perfil definido de sus víctimas: todas eran de tez morena clara, esbeltas y de clase media alta. A él se le imputan seis ataques de febrero a la fecha y esperan que se sumen más denuncias por su manera de operar.

La investigación apunta a que los violadores no son dueños de los vehículos que manejan, aunque eso no exime a quienes los contratan, pues las unidades actualmente están fuera de circulación. Este problema es revisado por las autoridades, pues, a diferencia de los servicios de aplicación, en el transporte público ubicar a los agresores es más complicado y tardado.

Debido a que no hay un control de los concesionarios sobre el actuar de sus choferes, no tienen una dirección precisa de ellos y en todos los casos no cuentan con un perfil sicológico de ellos; entonces, un taxi lo puede manejar un alcoholico, un drogadicto, un asesino o un violador serial y nadie, ni siquiera los dueños de la unidad, sospechan de ellos.

“Tenemos pláticas con la Secretaría de Movilidad de manera constante, por eso se han logrado estas detenciones; sin embargo, el problema es que no hay un control total de quienes manejan los taxis, porque son muchos y en ocasiones una unidad la manejan dos o hasta tres personas, por eso en algunos casos tardamos más, tenemos que volver a buscar videos y hacer un rastreo importante.

“De igual manera, el monitoreo es constante para que el trabajo de identificación del imputado sea de inmediato”, detalló Prado García.

Aseguró que los protocolos de actuación en una denuncia de violación han mejorado. De principio, revela, la fiscalía ya no se revictimiza a la mujer agredida y, aunque son varias horas de revisión, se trabaja en hacer más ágil ese proceso, para que de inmediato se tengan las pruebas contundentes necesarias contra el responsable.

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