Hace algún tiempo le platicaba de mi experiencia en una “ cata de copas ”, ejercicio dedicado a evaluar la manera en que un mismo vino se expresa en recipientes de distintos materiales, formas, amplitudes, volumen, capacidad…En aquella ocasión concluía, de manera idealista, asegurándole que el cáliz indicado sería aquel que se adecuara a su gusto personal sin importar figura, tamaño o procedencia. Esta semana la física desestimó al romanticismo.

Tuve la oportunidad de participar en una cata junto a la Denominación de Origen Rías Baixas y Riedel The Wine Glass Company . ¿El objetivo? Descubrir qué copa beneficia la expresión de su icónica Albariño . Realmente se trató una evaluación técnica, libre de misticismos y ejecutada por enólogos , distribuidores y sommeliers mexicanos .

Vayamos al grano. Nos explicaba Sergio González, director comercial de The Key Company Beard y embajador de Riedel para México, que la arquitectura de una copa es responsable del flujo del vino y, en consecuencia, de las zonas del paladar con las que entra en contacto. Él ponía dos ejemplos sencillos. “Copas con un cáliz largo y pronunciado, y menor diámetro de apertura, acentuarán acidez y amargor”. Es lógico: un cáliz agudo favorecerá el flujo directo del vino hacia la parte posterior y lateral-posterior de la lengua, estimulando las regiones que perciben dichos sabores. “Copas con un cáliz corto y menos angulado, con mayor diámetro de apertura, harán que el vino entre en boca de la misma forma que un disco líquido; el fermentado irá estimulando áreas más extensas de la lengua, percibiendo primero dulzor, al compás de salinidad, pero inmediatamente después acidez y amargor ”. Sí, querido lector, física pura.

Para el ejercicio, la D.O. Rías Baixas presentó seis etiquetas : Vionta, Xión, D. Pedro de Soutomaior, Pazo de Señorans, Quinta de Couselo y Pazo Baión. Cada vino se sometió a la influencia de cuatro copas : Riedel O Sauvignon Blanc, Riedel XL Riesling, Riedel Flow Viognier/Chardonnay y Riedel Restaurant Montrachet. Le comparto lo sucedido con el primero de los ejemplares.

En la primera copa, de cáliz largo y angulado, con menor diámetro de apertura, Vionta desplegó intensos aromas de miel, de manzana y una herbacidad clara y definida; en boca fue explosivamente frutal, con acidez vibrante, amargor sutil y alcohol integrado. En la segunda, de cáliz largo, pero poco pronunciado, con similar diámetro de apertura, el mismo Albariño perdió expresión aromática y liberó un ligero tono alcoholoso; en boca se mostró cálido, con acidez plana y amargor imperceptible. En la tercera, de cáliz corto y amplio, con mayor apertura, el fermentado se mostró cítrico y floral, así como dulzón y cálido en boca. En la cuarta, globosa y totalmente abierta, fue como olfatear y beber un vino blanco diluido con agua. Lo reto a replicar el ejercicio y constatar los resultados.

$ 328.00
MERCADO DE VINOS
Vionta
Albariño.

Zona de producción. Val do Salnés, D.O. Rías Baixas, España

Vista: amarillo con reflejos verdosos, limpio y brillante.

Nariz: intensos aromas de manzana verde, plátano, chabacano y melón, con un fondo de hierba verde y frutas tropicales.

Boca: estructurado, con frutalidad explosiva, acidez vibrante y buen balance alcohólico.

Largo final frutal, con agradables tonos amargos.

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