Después de casi dos semanas de documentar el desgarrador viaje de una caravana de migrantes, en su mayoría centroamericanos, que se dirigía hacia la frontera entre México y Estados Unidos, tomé una foto que nunca olvidaré.

En la imagen, captada el domingo, se puede ver a la madre hondureña María Meza agarrando los delgados brazos de sus dos hijas gemelas Cheili y Saira, de cinco años de edad, mientras huyen frenéticamente de una bomba lacrimógena.

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