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Puebla.— La oscuridad aún cubría la ciudad cuando el sonido de los altavoces de las patrullas de la Policía Municipal rompieron el silencio; se ordenaba a la población salir de sus hogares para salvar la vida.

Algunos se despertaron pronto y saltaron de la cama; otros, hasta que sintieron los ruidos en su puerta machacada por los puños de los agentes que los llamaban a salir, ante una nube de gas LP que representaba peligro inminente.

Pasaban de las cuatro de la madrugada cuando comenzó el desalojo de al menos seis colonias afectadas por la fuga de gas provocada por huachicoleros en un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Más de mil 200 familias abandonaron sus hogares cargando a sus hijos, a sus perros y gatos, así como documentos oficiales.

Las colonias Villa Frontera, San Pedro, Villas del Marqués, Villas San Gregorio, Revolución Mexicana y Jorge Murat quedaron desiertas.

Pasadas las nueve de la mañana, cuando la fuga aún no había sido controlada, en la colonia Jorge Murat un hombre desoyó las advertencias de riesgo y regresó a su hogar.

Había vigilancia, pero él pasó entre los trabajadores de Pemex a toda prisa, se perdió en la espesa nube y cinco minutos después estaba de regreso. Ya no venía solo, jalaba la correa de un pitbull. El muchacho no quiso decir su nombre, pero sí el del perro, Conor, que saltaba de alegría cuando salía de la “zona cero”. Por unos segundos, ambos robaron la atención de los trabajadores de Pemex, a quienes arrancaron una sonrisa en medio de la contingencia.

Emergencia sin precedentes. El director de Protección Civil Municipal de Puebla, Gustavo Ariza Salvatori, reconoció que es la primera vez que se registra una “emergencia grande” en la ciudad.

“Se hizo una atención muy rápida y como marcan protocolos, sí había un riesgo muy alto [de explosividad], pero la respuesta fue alta”, afirmó.

Explicó que la nube de gas era un riesgo latente. Personal de Pemex ordenó de inmediato el corte del servicio eléctrico y prohibió a los colonos encender sus vehículos para evitar una chispa que generara una tragedia.

Ariza Salvatori reconoció que falta cultura para reportar las ordeñas ilegales a ductos de la empresa. “Lo más preocupante es que las personas no hacen denuncias. Había más de 25 casas que dan al terreno de la toma clandestina y no puede ser posible que [ante] más de 25 familias entren pipas a robarse el gas”.

Tras varias horas de contingencia, Pemex confirmó que la toma clandestina había sido sellada, pero faltaba hacer mediciones de explosividad.

Cerca del mediodía, cuando el viento se llevó el olor a gas, los colonos empezaron a regresar a sus hogares, aunque para hacerlo debían comprobar a los policías que habitaban ahí para evitar robos.

Alumnos de 77 escuelas suspendieron clases por la contingencia, además de que una parte del Hospital General del Norte de Puebla y la Central de Abasto fueron desalojados para evitar pérdidas humanas.

El gobernador de Puebla, José Antonio Gali Fayad, dijo que se tienen videos que identifican automóviles sospechosos en las inmediaciones de la fuga en Villa Frontera. Adelantó que giró órdenes a la Fiscalía General del Estado (FGE) para atrapar a los presuntos delincuentes.

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