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Guadalajara.— La lluvia torrencial que comenzó a caer el lunes 22 de octubre en Tomatlán impidió que Engracia, Adelina y sus 18 compañeras de la Unidad Agrícola Industrial de la Mujer pudieran cortar la piña que cultivaron durante 14 meses en cuatro hectáreas; el paso del huracán Willa frente a las costas del norte de Jalisco provocó tres días de intensas lluvias, así que cuando estas mujeres de la tercera edad pudieron acceder a su parcela todo se había perdido.

“Duró tres días llueve y llueve, crecieron los ríos, se partieron los caminos y se acabó todo, literalmente (…) pudimos entrar hasta el sábado, cortamos la piña y se la trajeron para Guadalajara, pero ya no sirvió, se pudrió y nos la regresaron del mercado de abastos”, relata Engracia.

Como ellas, al menos un millar de familias que viven de la agricultura en este municipio de Jalisco perdieron sus cosechas, pero no han podido acceder a los apoyos estatales y federales porque tras el paso del huracán, la Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos consideró que no hubo daños suficientes en la región como para hacer una declaratoria de desastre.

Engracia y Adelina han viajado a la capital del estado junto con otros productores y el presidente municipal de Tomatlán, Jorge Luis Tello García, para denunciar esta situación, ya que son más de 700 hectáreas de cultivos dañados que al menos representan pérdidas de 100 millones de pesos.

La historia de la Unidad Agrícola Industrial de la Mujer comenzó hace ocho años, cuando 40 mujeres de la tercera edad recibieron un apoyo de 60 mil pesos del gobierno del estado para trabajar una hectárea; hoy están en activo sólo 20 y en este ciclo lograron cultivar cuatro hectáreas, pero ante esta contingencia se han quedado sin recursos para continuar.

“Somos 40, pero muchas compañeras no entraron esta vez por falta de dinero, otras nos fuimos cooperando de a mil y luego dando 100 pesos por mes para la gasolina y todo, porque tenemos que ir a la parcela en carro y tenemos que estar cooperando para fertilizantes y todas esas cosas”, explica Engracia.

A su lado, Adelina señala, no sin orgullo, que logran sacar unas 50 toneladas por hectárea, aunque reconoce que una parcela bien atendida puede dar hasta 80 toneladas.

“Nomás nosotras trabajamos todo eso, pero apenas nos alcanza para sobrevivir y volver a sembrar; la mitad de lo que sale nos lo repartimos y la otra mitad ya la usamos para volver a producir, pero ahora sí nos acabó, mire...”, dice mientras muestra un video de cómo quedó su piñero.

—¿Cuánto calculan que perdieron por esta contingencia?

—¿En dinero? Pues hágale cuentas… nos pagan a 5 pesos el kilo.

Por su parte, el presidente municipal, Jorge Luis Tello García, señaló que hay pérdidas totales en cultivos de piña, papaya, chile, maíz, tomatillo y sorgo.

Explicó que tras el paso del huracán, la Unidad Estatal de Protección Civil les dio un plazo de 48 horas para evaluar los daños, pero llovió durante 72 horas, por lo que el recuento de las afectaciones se logró hacer hasta el jueves 25 de octubre y la dependencia estatal ya no lo quiso validar para hacer la declaratoria de emergencia.

Tello García piensa que el gobernador del estado, Aristóteles Sandoval, no está enterado de la situación, puesto que aseguró que en otras contingencias, como la ocasionada por el paso del huracán Patricia hace tres años, brindó ayuda inmediata.

“Lo que queremos es que se hagan válidos los seguros para los agricultores, que nos ayuden”, señaló el edil.

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