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Autoridades de gobierno atribuyeron la disminución de agua en el centro ecoturístico Agua Azul, al fenómeno a la deforestación, la densidad poblacional y, de acuerdo con pobladores, a probables irregularidades en el subsuelo, a causa del terremoto magnitud 8.2 del pasado 7 de septiembre.

Luis Manuel García Moreno, titular de la Secretaría de Protección Civil de Chiapas, dijo que no se puede afirmar que el río esté seco, porque hay flujo de agua y es adecuado para las actividades turísticas, las cuales son importantes porque la zona recibe cerca de 200 mil turistas al año.

Explicó que en ese enclave natural, donde había mucha agua, ahora se tiene una disminución, aunque las lluvias han sido más durante este año respecto a 2015 y 2016.

“Lo que observamos es un desvío de manera natural al margen izquierdo del río, y hay una parte que refiere una grieta que está siendo estudiada para conocer cómo están las condiciones debajo de las rocas”, cuyo resultado se concluirá en cinco días porque involucra recorridos, precisó.

Las cascadas de Agua Azul se localizan en el municipio de Tumbalá, próximas a la carretera a Ocosingo y Palenque. El sitio es uno de los atractivos turísticos naturales más visitados en Chiapas, y ha sido además punto de disputas entre grupos indígenas de la zona por el control y el cobro de las cuotas de ingreso, los negocios restauranteros y ventas de artesanías.

En la rueda de prensa conjunta, Adrián Méndez Barrera, delegado estatal de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), explicó que el fenómeno en la zona es multifactorial. La captación de agua en la región Tulijá y Cascadas de Agua Azul ha disminuido y los afluentes, o los tributarios al cauce principal, disminuyeron el volumen de agua y el aporte es menor.

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