El 12 de octubre militares llegaron a un kínder de una colonia de Chilapa y les dijeron a padres y profesores que se fueran, porque no respondían si les pasaba algo. Profesores y padres estaban reunidos para analizar el regreso a clases.

Apenas había pasado una semana desde que grupos delictivos, a través de Facebook y WhatsApp, amenazaron a los profesores. El mensaje era directo: no los querían ver por las escuelas. Un profesor que omite su nombre por seguridad dice que a esa hora por las calles andaba un auto de lujo color gris y una camioneta roja repleta de hombres armados.

Para Chilapa esos días eran de tensión, pues se había desplegado un operativo para localizar al ex alcalde de Zitlala, Francisco Tecuchillo Neri, que había sido secuestrado días atrás. Algunas escuelas se mantenían abiertas, pero en cuanto corrió el rumor de la presencia del carro gris y la camioneta roja, todas cerraron.

Ha pasado casi un mes y las escuelas de Chilapa y otros municipios siguen cerradas. “Desde ese momento los mensajes no han parado, unos llegan directamente a los celulares de los profesores, no sabemos si es circunstancial o si los criminales tienen los números”, cuenta el profesor que pidió el anonimato. Afirma que las clases no se van a reanudar pronto y señala que entre el magisterio ya se plantea la posibilidad de reanudar las clases hasta enero.

Por la suspensión indefinida algunos profesores buscan estrategias para no perder el ciclo escolar. Dejan tareas por internet, otros ven a sus estudiantes una hora a la semana. El problema, dice el profesor, es que la mayoría de alumnos no acude porque los padres no quieren que vayan ni siquiera a recibir instrucciones.

La situación es tal que ya comenzó el éxodo de estudiantes. El profesor dice que conoce por lo menos 10 casos de padres han salido de Chilapa para llevarse a sus hijos a otro municipio. Esta versión la comparte el vocero del colectivo Siempre Vivos, José Díaz. Cuenta que la última visita que hizo a Chilapa se llevó a los hijos de un matrimonio a la Ciudad de México para que allá continúen sus estudios.

Hasta el 10 de noviembre, en los cinco municipios que integran la región Montaña Baja no hay clases. Una de las alternativas para reiniciarlas es que a las escuelas las vigilen militares, como ya sucede en Acapulco, según informó el gobernador, Héctor Astudillo.

Según José Luis González de la Vega, titular de la Secretaría de Educación de Guerrero son 150 escuelas de nivel básico las que no han regresado a clases desde el 25 de septiembre de este año, por las condiciones de la violencia.

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