Durante 60 años, aquella fachada en color blanco con la leyenda “Mercería y Plásticos La Tijera”, formó parte del paisaje urbano del Centro Histórico de Izúcar de Matamoros.

El sismo del 19 de septiembre modificó por siempre esa estampa cotidiana de los habitantes del lugar. La Tijera quedó derrumbada y hoy el lugar que ocupaba está vacío, sólo con una cartulina fosforescente dando aviso de su nueva ubicación, una más escondida y sin clientes.

“La Tijera es un negocio de familia con 60 años en ese mismo local… el sismo nos hizo una travesura y tuvimos que demolerlo y cambiarnos a otro lugar para seguir trabajando”, relata José Ignacio Vázquez Flores, propietario.

Durante 60 años rentaron el espacio demolido mes con mes; incluso antes del movimiento telúrico pagaban puntualmente sus diez mil pesos para que sus clientes pudieran llegar y adquirir estambres, agujas y plásticos.

“El sismo nos hizo una travesura”
“El sismo nos hizo una travesura”

“Es muy difícil para ahora levantarnos, se perdió un 40 por ciento de la mercancía porque se derrumbó una parte del muro y los anaqueles se doblaron”, recuerda el hombre que hoy yace en un pasaje escondido del centro histórico, donde pocos lo visitan.

No hay, dice, ningún tipo de apoyo oficial,; preguntó y le dijeron que el Fonden no los incluiría, pero a cambio la Secretaría de Economía federal les otorgaría una ayuda de diez mil pesos.

“El sismo nos hizo una travesura”
“El sismo nos hizo una travesura”

“Vamos mal, la ventas están mal, primero cambio de domicilio y segundo no vendo artículos de primera necesidad y pues la gente no gasta y la situación a nivel local está afectada”, agrega, pero se muestra optimista. Vendrán tiempos mejores.

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