El conductor estadounidense que trasladó a 200 migrantes indocumentados desde México en un camión, con saldo de 10 muertos por asfixia, se declaró culpable este lunes y será condenado en enero.

James Matthew Bradley, de 61 años, aceptó los cargos de conspiración para transportar a inmigrantes con resultado de muerte en el incidente ocurrido en julio. Podría enfrentar cadena perpetua, luego de que la fiscalía desistió de pedir la pena capital.

La policía descubrió en el estacionamiento de un supermercado de San Antonio, Texas, a 39 inmigrantes ilegales que habían sido transportados en el camión.

Los indocumentados contaron a las autoridades que viajaban 200 personas, entre guatemaltecos y mexicanos, y que se turnaban para respirar por un agujero, debido al sofocante calor, pues el sistema de refrigeración estaba roto.

“Este caso es un flagrante recuerdo de que a los traficantes de personas actúan por codicia y no les importa la salud y el bienestar de la gente”, declaró Shane Folden, miembro de la división de Investigación del Departamento de Seguridad Interior.

Un gran jurado federal condenó en septiembre por el mismo delito a Pedro Silva Segura, de 47 años, quien vivía de forma ilegal en la ciudad de Laredo, en la frontera de Texas con México.

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