Juchitán de Zaragoza.— Todos los días, Isabel atiende a niños y ancianos de cualquier mal del cuerpo y el alma en su pequeño cuarto, convertido en consultorio de medicina herbolaria, en el callejón de Los Pescadores de la Séptima Sección de Juchitán.

A esta médica tradicional lo mismo le llegan pacientes con colitis nerviosa, problemas digestivos, intestinales o dengue.

Isabel Jiménez Salinas recuerda que en los más de 20 años que tiene de sanar o apaciguar las dolencias con plantas medicinales, ungüentos y gotas que aprendió a preparar en el dispensario de la Diócesis de Tehuantepec, de las enfermedades más recientes que le ha tocado atender son el zika y el chikungunya.

Isabel aprendió sus conocimientos herbolarios de las enseñanzas de su abuela, Inés Vinu, una zapoteca famosa en Juchitán por preparar un jarabe, conocido como “Turú”, para niños con tos o enfermedades respiratorias.

Con los años, perfeccionó su aprendizaje en talleres, cursos y con monjas coreanas que han asistido al Istmo.

Para prevenir el dengue, Isabel recomienda ingerir vitaminas que fortalezcan el sistema inmunológico, entre ellas, la planta de moringa, conocida entre los zapotecas como San Jacinto, de la cual se debe comer el fruto.

También la planta La Sangre de Cristo, que se prepara en té; la guanábana, en bebida o sus hojas en té, para elevar las plaquetas.

Aconseja consumir el licuado de ejote con jugo de naranja. Para que la temperatura baje, el paciente se debe bañar con la hoja o la corteza de la planta del sauce del río.

Cuando llegan a ella con síntomas muy graves, Isabel ordena al enfermo acudir inmediatamente a un médico o al hospital.

Aun así, sugiere a quienes tienen dengue y chikungunya consumir el té de la corteza de la planta conocida como Palo de San Juan. La cáscara se muele y se hacen cápsulas que ella prepara.

“Este árbol ya se extinguió en el municipio de Juchitán, así que los dos únicos arbolitos que quedan están en lo alto de un cerrito en una comunidad cercana que se llama Xadani. Esto ayuda a disminuir el dolor del cuerpo y el de las articulaciones. También son muy útiles las gotas de ajo contra los dolores articulares”.

Isabel tiene en su consultorio una cama que sirve para dar masajes, una alacena repleta de ungüentos, pomadas, gotas y jarabes, además de dos estantes con paquetes de hierbas adecuadamente embolsadas y con etiquetas que anuncian el mal que curan. Las enumera de memoria: zapote blanco, sorosa, árnica, cacahuananche y castaña de la india para la diarrea, entre otras.

Isabel no necesita una libreta para recordar cómo sustraer el principio activo de las plantas, todo lo tiene en la mente y lo comparte con su hija.

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