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No es el único grupo de mariachi conformado sólo por mujeres pero sí son el más multicultural. No sólo porque sus integrantes vienen de varias partes del mundo (muchas de ellas tienen raíces latinas pero no son mexicanas), también porque ellas mismas escriben sus canciones y le aportan elementos contemporáneos que la hacen un producto moderno y auténtico.

Por eso mismo han sido muy criticadas, ya que no siguen la fórmula tradicional del mariachi.

Después de muchos años de trabajo y de luchar contra los estereotipos, los Latin Grammy han decidido premiar esta labor por aportar nuevas letras, sonidos y carisma a un género que sin esfuerzos como éste estaría a punto de desaparecer, pues es un hecho que cada vez más hay menos intérpretes de música ranchera y menos estaciones que les den espacio.

EL UNIVERSAL se encontró con Mireya Ramos, Julie Acosta y Shae Fiol, tres integrantes y fundadoras de Flor de Toloache en el estudio de grabación neoyorquino Platinum Studios en el que actualmente trabajan en una colaboración con Victoria La Mala para hablar de lo que significa este reconocimiento en su carrera.

Según dijo Mireya Ramos “la experiencia de ganar un Latin Grammy es como un sueño. Es un reconocimiento al trabajo y también un impulso para seguir apostando por representar a la mujer, poner al género ranchero en lo más alto y hacerle llegar la cultura latina a más gente”.

Mireya es la fundadora de Flor de Toloache; ella nació en California pero su padre era de Michoacán, en donde se dedicaba al mariachi, así que creció con esta música.

“Por eso es que seguí sus pasos y ser mariachi fue mi primer trabajo en Nueva York. En ese entonces era la única mujer tocando este género. Después de seis años trabajando con puros hombres, se me ocurrió hacer el grupo y, como estoy en una ciudad en la que hay personas de todas partes del mundo, se formó multicultural. De hecho muchas de las chicas que conforman este grupo nunca habían tocado mariachi pero se sintieron muy emocionadas cuando se unieron”, contó Mireya, quien también explicó que el grupo ha tenido que luchar mucho para defender su visión de no ser un mariachi tradicional.

“Creo que es importante mostrar y hacer música que también refleje nuestro tiempo, que pueda conectar con las nuevas generaciones. También nos centramos en tener nuestra propia voz como mujeres porque, por ejemplo, en el mariachi no hay canciones escritas por mujeres, todas están hechas desde la perspectiva del hombre, así que nosotras también nos hemos esforzado por hacer ranchero con una visión femenina para expresar lo que siente una mujer”.

De acuerdo con Shae, en México hay cada vez menos intérpretes de música ranchera y estaciones que toquen las canciones porque la gente ya no se identifica con esa música.

“Por eso se está muriendo, porque no conecta. Yo me sentiría un fraude si sólo hiciera música ranchera tradicional porque sentiría que no estoy aportando nada de mí al género. Esa es nuestra misión y donde está nuestra riqueza como músicos: darle ese toque de contemporaneidad y evolución a la música que hacemos”.

Para Mireya, “otro problema es que el concepto de mariachi a veces se ve como música de menor categoría, de pueblo con poca complejidad. Pero creo que por eso es tan importante hacer algo nuevo y moderno”.

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