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Los Ángeles.— Hay muchas versiones de Kate del Castillo y en todas alguien busca separarla de México.

Está la Kate de La misma luna, una migrante que quiere reencontrarse con el hijo que, obligada, dejó en su país. Está la Kate de "La reina del sur", la que huye a España amenazada por el crimen organizado. También la Kate de "Ingobernable", acusada de asesinar al presidente, su esposo, por lo que se esconde de los políticos.

La de la vida real toma asiento en un hotel de Beverly Hills. Legalmente nadie la persigue, el año pasado la PGR —que la buscaba por haberse reunido con Joaquín El Chapo Guzmán en 2015— desestimó la investigación. Pero no se fía, volverá al país hasta diciembre: “Quería regresar (a México) y podía, pero mis abogados me dijeron que no hasta tener más garantías. Hasta que no se vaya este presidente (Enrique Peña Nieto) porque no confío en el gobierno”.

La entrevista con EL UNIVERSAL se da en el contexto de la nueva temporada de "Ingobernable", que inicia este viernes por Netflix. Interpreta nuevamente a Emilia Urquiza, la esposa de un presidente ficticio que, tras ser acusada de asesinarlo, será capturada y amenazada para hacer valer la versión del gobierno.

La serie es ficción, ¿qué toma de la realidad?

Estamos viendo un México como es. Un México poderoso, hermoso, lleno de cosas bellas, y también todo lo contrario, con toda esa pobreza, ese abuso del poder y dinero. Estamos viendo la parte más pobre de México, que siempre son los más fregados, los más golpeados, los más adoloridos y, por eso, son los más guerreros. Es un México cansado, adolorido, golpeadísimo. Eso somos nosotros, ahí está la similitud. Mi personaje lo vive en carne propia, le mueve todo por dentro y no va a parar, ella sabía de las injusticias pero nunca lo había vivido; no va a parar porque ya sintió el dolor de esta gente.

Tú has vivido tu propio periplo. ¿Recuerdas tu sentir en la primera temporada (cuando el gobierno abrió la investigación)? ¿Cómo es ahora?

Pues mira, de la primera ya ni me acuerdo. Porque pasé como de noche, estaba tan afectada emocionalmente por todo lo que pasaba que no me acuerdo de mucho, no la pude disfrutar tanto como disfruté esta segunda. Ahora estaba entera, con mucha emoción y ganas, y la disfruté como no tienes idea. Obviamente yo ya veía las cosas desde otra perspectiva, ya podía reír, hacer analogías con el personaje sin que me afectara. Y ahorita me siento súper entera, muy emocionada.

México está en otro momento al de la primera temporada, ¿cómo lo percibes?

Pues es que tendría que estar en México para vibrarlo bien, tengo 18 años de no vivir en México (tres que no visita el país). No sé ni de restaurantes, la última vez que fui había puentes en todas partes y dije: “En qué momento”. Obviamente tengo familia y amigos que me dicen cómo está la gente, pregunto porque me interesa. Creo que en México hubo un momento de miedo, pero ahorita está empezando a haber esperanza. De decir: “¡Uf, creo que ahora sí se viene un verdadero cambio en México!” Vamos a ver si es cierto, porque también hay que ponerle con todo a este señor (Andrés Manuel López Obrador). Decir: “¿Tú eres el verdadero cambio? ¡Ahora cambia!” Hay que estar sobres de él, así tiene que ser.

¿Qué opinas de Andrés Manuel López Obrador ya como presidente, de sus propuestas?

No tengo opinión al respecto porque no he escuchado su discurso, no he estado muy al pendiente y no quisiera decir algo que no deba. Sí puedo decir que me gusta, pero me asusta, pero prefiero que me asuste a que estemos como pazguatos, a que volvamos otra vez a tenernos que agachar con seis años más de lo mismo. No, algo que nos despierte y digamos: “Oh no, te vamos a exigir, te vamos a exigir el doble a ti y a tu partido (Morena) que llega por primera vez”.

¿A él le harías alguna petición?

Lo que siempre hay que mejorar en México es la educación, hay que cambiar porque un pueblo educado es difícil que sea engañado.

La serie fue realizada por Epigmenio Ibarra, muy activo en la campaña de López Obrador, ¿Cómo no hacer un panfleto político?

Es importante. Yo no quiero ni que me usen, ni usar a Netflix para mandar un mensaje político que no es el mío, y del que yo tendría que ser parte. Epigmenio era el correcto para esta serie porque sabe de política, está muy metido, independientemente de que me guste su manera de pensar o no, es un tipo que está bien enterado. Pero también sé que Netflix es un buen filtro, muy fuerte, y no iban a dejar que se fuera por otro lado.

¿Confías en algún político?

No, no hay ningún político al que yo le apostaría, no hay uno que no esté corrompido: es dinero, poder y la política, eso no me va. Me causa fascinación de la manera más negativa el 45 (el presidente Donald Trump). Ha demostrado que puede cambiar todo, aunque para mal. Hizo lo que se le hinchó.

¿Hay esperanza ante eso?

Siempre creo que hay una alternativa para todo, lo que pasa es que o somos flojos, o nos corrompemos en el camino, o no buscamos, o nos hacemos güeyes. Como ella (la protagonista de "Ingobernable") que busca hacer las cosas bien porque las hizo mal, y perdió a su marido. Es integra y va más allá de su propia familia, porque no es una familia, son millones. Si podemos mandar ese mensaje es increíble: no sabemos cómo lo va a recibir la gente, pero no podemos hacer oídos sordos.

¿Qué opinas de la gente y sus reacciones hacia ti?

También tiene que ver con la congruencia, que es difícil, yo trato de ser congruente. Eso es diferente a cambiar de opinión, yo también cambio de opinión y también la riego mucho, pero creo que sí he sido congruente con lo que pienso y mis ideales, y de eso se da cuenta la gente, cuando no lo haces por pose o algo. Eso es padre porque la gente es bien inteligente, es súper inteligente, y se da cuenta de todo. Algunos me estiman gracias a mi papá y mi familia, es muy querido mi papá. Él me enseñó a hacer las cosas con congruencia.

Cuando regreses a México, en diciembre, ¿qué harás?

Me visualizo con muchos tacos, poder visitar a todos mis amigos, estar en casa de mis papás, tranquila; va a ser un momento padre para mí. Me había hecho a la idea de que cuando tenga que ir iré, ya no me afectó tanto pero al principio sí, hice mis rabietas. Pero uno no puede estar en donde no lo quieren.

Dices que no te quieren, ¿a quiénes te refieres?

Al gobierno, obviamente, hubo un momento en que me hice a la idea de no visitar mi país en donde no me quieren. El gobierno me dio palo con todo durante meses. Pensaba: “¡Para qué me arriesgo!”

Sabemos que regresas como "La reina del sur", ¿te has planteado proyectos diferentes?

Hay muchos y diferentes, aunque quiza sí necesito una comedia ligera (risas). No quiero tanto drama en mi vida. Quiero dejar de correr.

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