El mismo día que el Senado de la República inició las audiencias para entrevistar a los aspirantes a ministros, dos figuras emblemáticas de la reforma al Poder Judicial de 1995, que acrecentó la independencia y autonomía de la Suprema Corte de Justicia, fueron despedidas de su ministerio. Olga Sánchez Cordero y Juan Silva Meza, dos ministros sin los que no se entendería la nueva etapa de la Corte, entregaron ayer la toga y el birrete tras 20 años de un ejercicio impecable de su cargo, en el que los dos se destacaron como ministros de avanzada y de pensamiento y acción liberal en la interpretación de la Constitución.

La emotiva ceremonia con la que fueron despedidos por sus compañeros del pleno de la Corte, da cuenta del tamaño de los dos ex ministros que dejan dos espacios que no serán fáciles de llenar por los juristas y magistradas que ayer comenzaron a desfilar por el Senado. “Cuando fue necesario el ministro Silva Meza supo defenderla (a la Corte) con aplomo y determinación”, dijo el ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea sobre el que fuera ex presidente de la SCJN durante el sexenio de Felipe Calderón y le reclamara al entonces presidente “pruebas” sobre sus dichos de “la corrupción y colusión de los jueces” que el entonces mandatario acusaba en público, luego de que la PGR no acreditara las pruebas contra alcaldes y funcionarios que fueron liberados tras ser acusados de vínculos con el narcotráfico en el tristemente célebre Michoacanazo.

El mismo Silva Meza, en su discurso de despedida, pareció aludir al momento delicado que vive la Corte ante la inminente elección de los dos ministros que los sustituirán, cuando se refirió a que “la independencia judicial es irrenunciable, debe ser respetada y debemos defenderla”. E hizo un llamado a jueces y ministros a defenderla ejerciendo su autonomía jurisdiccional. “El destino y la conformación de este Poder del Estado no pueden estar, por ningún motivo y bajo ninguna excepción, al arbitrio de los intereses que llegan como el agua y se van como el viento”, dijo el ministro saliente en momentos en los que se comenta en el Senado que uno de los posibles nuevos ministros, el abogado Javier Laynez, tiene vínculos cercanos con el grupo gobernante a través del secretario de Hacienda, Luis Videgaray.

Olga Sánchez Cordero, que también cumplió dos décadas como ministra, enumeró en su despedida algunos de los fallos de los que le tocó ser parte en la Primera Sala de la Corte y que la distinguieron en estos 20 años como una juzgadora de corte liberal e impulsora de los derechos y garantías fundamentales de los ciudadanos: el libre desarrollo de la personalidad, el divorcio incausado, el matrimonio entre personas del mismo sexo y recientemente el fallo sobre la producción y consumo legal y recreativo de la marihuana.

Una despedida que dibuja el tamaño de los dos ministros que se van, últimos sobrevivientes de la reforma de Ernesto Zedillo que le devolvió a la Corte la autonomía que durante décadas le quitó el presidencialismo omnímodo y comenzó un proceso de dignificación del Poder Judicial que hoy, a juzgar por los discursos y los llamados ayer en el salón de plenos de la SCJN, se siente amenazado ante la decisión de volver a imponer a ministros cercanos e incondicionales al Poder Ejecutivo. Veremos si las togas y birretes que dejaron ayer Silva Meza y Sánchez Cordero no les quedan muy grandes a los dos ministros que está por elegir el Senado, al menos uno de ellos con el aval y el interés directo de Los Pinos.

NOTAS INDISCRETAS… A propósito del tamaño de los aspirantes en las dos ternas que ya analiza el Senado. Ayer la primera en comparecer ante la Comisión de Justicia, que propondrá las dos designaciones, fue la magistrada Sara Patricia Orea Ochoa. Sus planteamientos se escucharon poco actualizados en jurisprudencia, confundió las siglas de la comunidad LGTB (sic) y a decir de los senadores que la escucharon, su exposición dejó mucho que desear para una aspirante a ministra. Eso confirma, dicen senadores consultados, que en las dos ternas enviadas por el presidente Peña Nieto hay un nombre de relleno —que en la de las mujeres sería Sara Patricia—, otro que fue puesto para atraer críticas y desviar la atención —como el caso del procurador mexiquense Alejandro Gómez—, y sólo un elegido, que en el caso de las magistradas parece ser Norma Lucía Piña, que comparece mañana, y en el de los hombres, Javier Laynez Potisek, citado para el jueves. Así o más cantado… Serpiente mandan los dados. Bajan.

sgarciasoto@hotmail.com

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