Las primeras pesquisas sobre el secuestro masivo ocurrido en un restaurante de Puerto Vallarta, Jalisco, la tarde del domingo, apuntan a un enfrentamiento entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que controla la plaza del destino jalisciense, y el Cártel de Sinaloa, que opera en el vecino estado de Nayarit. La mayoría de los “levantados” eran originarios de Sinaloa, aunque había algunos nayaritas y dos avecindados en Jalisco, y entre los apellidos de los secuestrados destacan los Coronel y Caro, lo que los ligaría familiarmente a dos capos sinaloenses, Ignacio Nacho Coronel, fallecido en 2010 en Zapopan a manos del Ejército, y Rafael Caro Quintero, liberado por la justicia mexicana en 2013, por fallas en el debido proceso.

La presencia de esos apellidos entre los secuestrados, que serían entre 6 o 7, según las investigaciones de la Fiscalía de Jalisco —pues a varias a mujeres que estaban en el grupo atacado las dejaron en el restaurante— fortalece la hipótesis inicial de la venganza por invasión de territorio entre los dos cárteles que en el pasado reciente fueron aliados pero que, según informes recientes de inteligencia, habrían entrado en confrontación a partir de la “pulverización” del CJNG provocada por la detención de varios de sus cabecillas y de que los nuevos liderazgos habrían roto los acuerdos que tenían con el cártel sinaloense y su principal líder Ismael El Mayo Zambada.

Esa hipótesis, confirmada a esta columna por fuentes de alto nivel en las investigaciones, se basa no sólo en los apellidos y el origen de los secuestrados, sino en testimonios de algunos de los comensales que presenciaron el secuestro como de las mujeres que estaban con los “levantados”. Al llegar los agresores al restaurante La Leche, en el boulevard Francisco Medina Ascencio, que por la hora (la 1 de la mañana del lunes) estaba semivacío, entraron armados y se dirigieron con gritos y ofensas a la mesa donde el grupo de sinaloenses celebraba: “Les dije que no se pararan aquí”, les dijeron antes de llevárselos.

Hasta ayer por la tarde no se había presentado ninguna denuncia formal por el secuestro de ninguno de los “levantados”, lo que según autoridades refuerza la línea de que se trató de una venganza entre grupos de narcotraficantes. La Fiscalía de Jalisco se coordina con la Procuraduría de Nayarit, pues las primeras pistas apuntan a que habrían sido llevados por sus captores a territorio nayarita. “Estamos trabajando en la ubicación y pronto tendremos información sobre un posible paradero”, dijo anoche una de las fuentes consultadas.

El gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, anunció ayer mismo un reforzamiento de la seguridad en Puerto Vallarta a fin de garantizar la tranquilidad de los turistas y habitantes de este destino del Pacífico mexicano. “No permitiremos que nos roben la tranquilidad”, dijo el mandatario, que invitó a la población a denunciar “cualquier información relacionada con estos hechos al 089”.

Oficialmente el fiscal de Jalisco, Eduardo Almaguer Ramírez, informó ayer que se analizan videos de las cámaras de seguridad que captaron la llegada del comando agresor en dos camionetas, así como los vehículos que quedaron abandonados en el lugar y que se supone son de los secuestrados, varios de ellos con placas de Sinaloa.

De confirmarse los apellidos que se mencionan entre los “levantados” este hecho podría desatar una “guerra de cárteles” si no es resuelto con prontitud por las autoridades.

NOTAS INDISCRETAS… El periodista Álvaro Delgado publicó ayer en su columna Historia de lo Inmediato, que Andrés Manuel López Obrador ofreció una “amnistía anticipada” e impunidad al grupo del presidente Enrique Peña Nieto, en caso de que él gane la Presidencia de la República en 2018. “Les decimos a los integrantes el grupo en el poder que, a pesar del gran daño que han causado al pueblo y a la nación, no les guardamos ningún rencor y les aseguramos que, ante su posible derrota en 2018, no habrá represalias o persecución para nadie. Declaramos esta amnistía anticipada porque lo que se necesita es justicia, no venganza”, dijo López Obrador el pasado 11 de agosto en una conferencia que ofreció en Acapulco, en el evento Era Familiar Princess 2016, donde también participaron, por separado, Margarita Zavala y Carlos Salinas. El ofrecimiento de impunidad a Peña y su grupo hecho por el líder de Morena contradice todo su discurso en contra de la corrupción de lo que llama la “mafia del poder” y, opina Delgado en su columna de la revista Proceso, convertiría a AMLO en “cómplice de la corrupción” que denuncia. ¿Así o más claro?... Los dados mandan Serpiente. Mal tiro.

sgarciasoto@hotmail.com

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