Al no llegar a un entendimiento con el presidente Enrique Peña Nieto, al que le pidió hacer “ajustes de fondo” a su equipo de gobierno y permitir que se procediera penalmente contra Javier Duarte y otros gobernadores que “dañaron al PRI por corrupción”, el dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, presentó ayer su renuncia a la dirigencia nacional de su partido, luego de advertir, ante la Comisión Política Permanente, que “lo que los gobiernos hacen, sus partidos lo resienten”, parafraseando al fallecido Luis Donaldo Colosio.

Con la negativa del presidente para tomar medidas en su gabinete y contra gobernadores acusados de corrupción, Beltrones entendió que no había margen para continuar en el cargo, después de que, en sus reuniones de la semana pasada con Peña (martes 14 y sábado 18 de junio) el dirigente condicionó su permanencia en el PRI a que Peña Nieto actuara en ese sentido.

En esas pláticas en Los Pinos, Manlio acusó específicamente al gabinete económico encabezado por Luis Videgaray, y a la Secretaría de Desarrollo Social, de José Antonio Meade, como responsables de una operación adversa a los candidatos priístas y, en casos como Veracruz, favorables a candidatos del PAN.

Sobre los gobernadores de Chihuahua, Quintana Roo y el caso veracruzano, le dijo al presidente que ni él ni el PRI podían seguir defendiéndolos tras el daño que hicieron en las elecciones.

El dirigente priísta, que ayer reconocía en su discurso de despedida al gobierno de Peña Nieto y a sus reformas, antes le recordó en privado que todos los candidatos que postuló el PRI a las gubernaturas fueron “suyos”, y cuestionó fuertemente que no hubiera comunicación ni apoyo de la Presidencia a su partido. “Yo me tenía que enterar en la televisión”, se quejó Manlio al mencionar decisiones del gobierno como aumentar la gasolina, despidos de burócratas o iniciativas como la de los matrimonios gays.
El sábado que se vieron por última vez, Beltrones atendió la petición del presidente de reconsiderar su renuncia, pero pidió a cambio los “ajustes” al gabinete y libertad para proceder contra Duarte. Todavía el domingo por la tarde, en Insurgentes Norte, decían que esperaban conocer los “ajustes” del presidente o, en caso contrario, decían, “se los haremos desde el partido”. Pero ayer quedó claro que, en la disyuntiva de actuar contra sus secretarios tecnócratas que jugaron contra el PRI y meter a la cárcel a Javier Duarte o aceptar la renuncia de Manlio Fabio, Peña prefirió lo segundo. De ese tamaño son los compromisos para proteger a gobernadores acusados de corrupción. Y la confianza “ciega” que el presidente les profesa a sus colaboradores aunque traicionen a su partido. La pregunta es si esto terminará con la renuncia de Beltrones o si se avecinan tiempos de ruptura en el viejo partido.

NOTAS INDISCRETAS… El gabinete de Seguridad Nacional tenía informes, desde hace varias semanas, de que en las movilizaciones de la CNTE en Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán había presencia de organizaciones y células vinculadas al EPR y al EZLN. Pero a pesar de ello, el domingo pasado la Policía Federal se vio “sorprendida” ante la presencia de “personas armadas” entre los grupos que apoyaron al magisterio en Nochixtlán. Hoy lo que está documentado, con fotografías y videos, es que policías federales —que primero dijeron no estar armados— sí dispararon armas automáticas, mientras que el gobierno no tiene evidencias de que, desde los contingentes magisteriales, se dispararon armas. El resultado final: seis muertos, dice el gobierno federal, ocho dice la CNTE; una fuerte presión internacional para “esclarecer los hechos de violencia y muertes”, y una tardía reacción del presidente que —nada raro— ordena una investigación cuando ya tiene encima el problema. Parece que no aprendieron nada de Ayotzinapa y que, en la burbuja en la que sus hombres de confianza lo tienen encerrado, Peña no se entera de nada hasta que le estallan los problemas en la cara. Si sabían que había guerrilla por qué no actuaron con inteligencia. A lo mejor es pedirles algo que no tienen… Con la renuncia de Manlio Fabio, asumió la dirigencia del PRI Carolina Monroy, prima de Peña Nieto, y todo queda, por ahora, en familia; aunque ya suenan para llegar como sustitutos el senador Emilio Gamboa, impulsor de la cuestionada ley anticorrupción y su rasurada 3de3, y el acelerado secretario de Agricultura, José Calzada. También quiere el de Gobernación, Miguel Osorio. Habrá turbulencia en el priísmo…Los dados repiten Serpiente. Caída libre.

sgarciasoto@hotmail.com

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