Como si le quisieran dar la razón a su eterno discurso victimista, en el que se queja de que “me quieren borrar, no quieren que se escuche mi voz, no quieren que aparezca en la televisión”, el Tribunal Electoral Federal y el Instituto Nacional Electoral decidieron sacar del aire un spot de Andrés Manuel López Obrador, con el argumento de que el dirigente de Morena utiliza los tiempos oficiales para promocionar “su imagen personal” y hacer alusiones a su candidatura presidencial al 2018.

Y no les falta razón a los magistrados y consejeros electorales, que tienen sustento en su argumento jurídico, pero la tardanza con la que tomaron esta decisión —después de varias semanas de que se transmitió dicho spot— y el pésimo timing con el que lo hicieron, justo cuando varias encuestas en los últimos días ubican a López Obrador como el candidato puntero en las intenciones de voto rumbo a las elecciones presidenciales, le darán todos los elementos al aspirante presidencial de Morena y a sus muchos e incondicionales seguidores, para denunciar un intento de “censura”, que reafirmará el discurso victimizador que tan bien le queda al tabasqueño y tanto le reditúa políticamente.

¿Por qué si la promoción de la imagen personal de López Obrador en los spots de su partido fue denunciada desde el año pasado por el dirigente priísta Manlio Fabio Beltrones y por otros actores que acusaron una utilización ilegal de los tiempos oficiales para promover la aspiración presidencial del dirigente, el Tribunal Electoral y el INE no actuaron desde entonces y ordenaron el retiro de los spots? ¿El mismo criterio que se le aplica al presidente de Morena se aplicará a otros líderes que aparecen en los spots de sus partidos como Ricardo Anaya del PAN?

Porque justo es el mensaje de Andrés Manuel en el spot sancionado: que le quieren cerrar los medios para que no denuncie temas como el avión presidencial “de lujo de 7 mil millones de pesos” y que ofrece “vender en 2018”, además de “informar que los políticos transas se roban millones de pesos cada año”. Y ahora que el Tribunal y el Instituto electorales han ordenado que ese spot se retire, lo más fácil para el lopezobradorismo será decir que lo hicieron por acallar sus denuncias de corrupción.

Se repite así un viejo ciclo conocido por todos los mexicanos y que se ha repetido en las últimas tres elecciones presidenciales con el mismo guión, los mismos actores y los mismos predecibles resultados: un candidato “incómodo” al sistema por su discurso acusador y radical que denuncia a “la mafia del poder”, que se dice víctima de esa mafia si las cosas no le funcionan y hace de la victimización táctica y estrategia para sumar adeptos y votantes indecisos. Al final, si los resultados no son favorables, ese mismo discurso victimista se convierte en la base de una denuncia de fraude que, a veces con elementos y pruebas, otras no tanto, termina por impugnar y desconocer los resultados y descalificar a las instituciones electorales que los validaron.

Falta mucho para 2018, es cierto; pero es innegable que la carrera por la sucesión presidencial ya inició, como ayer reconocía el mismo presidente Enrique Peña Nieto en la entrevista que concedió al director de EL UNIVERSAL, Francisco Santiago, en un inédito “banderazo” presidencial a los aspirantes del PRI. Pero no menos cierto es que las encuestas ya ubican entre los tres punteros al tabasqueño que va por su tercer intento, quien será sin duda uno de los contendientes fuertes en la elección presidencial. Y todo indica que la estrategia de Andrés Manuel López Obrador será exactamente la misma que ya desplegó en 2006 y 2012. Así que preparémonos para repetir situaciones y escenarios de víctimas y victimarios, que ayer comenzaron con el fallo de magistrados y consejeros electorales.

NOTAS INDISCRETAS… Se tardó varios meses pero al fin llegó la declaración del presidente Peña Nieto condenando y rechazando el discurso del casi seguro candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump. Las ocho columnas de ayer de El Gran Diario de México consignan la declaración presidencial en la que ubica el daño que los mensajes negativos y antimexicanos del alocado aspirante pueden causar en la relación bilateral. Algunos dirán que el posicionamiento de Peña llega tarde, otros que era inevitable, lo cierto es que por lo menos el gobierno mexicano ya dio color sobre el tema, luego de que se acusara timidez, falta de carácter y ausencia de la canciller Claudia Ruiz Massieu en tan delicado tema…Los dados mandan Serpiente. Descendemos.

sgarciasoto@hotmail.com

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