El comentario se escucha fuerte en los corrillos políticos: “Como político, Agustín Basave resultó muy buen académico”. Lo dicen líderes de su partido y de otras fuerzas políticas que se refieren con ironía al breve pero fallido desempeño del académico ex priísta como líder nacional del PRD. Y es que después de haber sido electo por aclamación de los consejeros nacionales del PRD, producto de un inédito consenso entre las tribus, Basave fue visto como una posible opción para intentar salvar a un partido sumido en una profunda crisis.

La expectativa en torno a la presidencia de Basave creció cuando, en un desplante de dignidad, poco usual en la política mexicana, puso sobre la mesa su renuncia a la presidencia del PRD si los grupos del partido, que lo eligieron de manera unánime, no le permitían impulsar su política de alianzas electorales con el PAN en los comicios para gubernaturas este 2016. Muchos admiraron y aplaudieron el valor de Agustín para defender su posición y poner en jaque a la burocracia partidista. Hasta ahí todo le pintaba bien al dirigente perredista. Pero luego vinieron las negociaciones de las alianzas y su habilidad política comenzó a ponerse en duda.

Basave echó a perder la negociación de una alianza en Tlaxcala que pudo ser ganadora con el PAN y su candidata, Adriana Dávila, que hoy puntea en todas las encuestas. Luego, en Oaxaca, el dirigente del PRD debilitó la alianza que él mismo impulsó al comprometerse con el senador Benjamín Robles a que sería el candidato, pero al operar la postulación don Agustín no pudo con la operación de Gabino Cué, Rafael Moreno Valle y Diódoro Carrasco, que impusieron a José Antonio Estefan como candidato. El resultado fue la renuncia de Robles y su nominación como candidato del PT. La fractura puso a la alianza en serio riesgo de perder la gubernatura el 5 de junio.

Ya antes en Puebla, la incapacidad de Basave para sacar la alianza con el PAN había provocado la ira del gobernador Moreno Valle, quien molesto por el incumplimiento del líder del PRD intentó boicotear y romper todas las alianzas de los blanquiazules con el perredismo en otros estados. El mandatario poblano ofreció apoyo económico a los candidatos de las coaliciones, especialmente en Quintana Roo, Veracruz y Zacatecas, a cambio de que abandonaran al PRD; y como no lo logró —porque al final el control del partido lo tiene el dirigente Ricardo Anaya— Moreno Valle impulsó la judicialización de esas alianzas en su molestia contra Basave y su decepción contra Los Chuchos, que habían sido sus aliados. Hoy el gobernador no deja de reprochar diariamente a sus operadores que permitieran que Basave y su candidata Roxana Luna (quien movilizó aquellas protestas en donde murió un niño por un cohetón) le ganaran la partida.

El corte de caja al momento es negativo para el dirigente del PRD: exigió “capacidad de acción” en su carta, pero cuando se la dieron no supo decidir y mandó a los tribunales casi todas las alianzas que defendía. De los aliados que le apoyaron en su partido, ADN lo abandonó desde el arranque y Los Chuchos, su principal apoyo, hoy están fuertemente divididos entre Galileos, Chuchos y Zambranos. Sólo queda esperar los resultados electorales que entregará Agustín Basave; pero a la luz de lo que ha mostrado hasta ahora ya hay perredistas de la cúpula que apuestan a que no llegará a 2017, cuando termina su gestión.

NOTAS INDISCRETAS… Desde la Universidad de Bonn en Alemania, donde investiga la trata de personas y explotación humana, becado por la Fundación Alexander Von Humboldt, el lector Miguel Ontiveros Alonso nos envió una carta en la que le da toda una lección de Derecho Penal al fiscal de Guerrero, Javier Olea Pérez, quien dice que el pederasta canadiense Walter Suk sería liberado porque el delito que cometió, al abusar sexualmente de dos niñas en plena costera de Acapulco, no es grave. “Si lo que adviertes en tu columna es correcto, entonces el caso —del todo vergonzante— relativo al sujeto canadiense que abusó de la niña, no es un simple asunto de “abuso sexual” (como argumenta el señor que dice que trabaja de “procurador”), sino de trata de personas (cometido por el padre), más explotación sexual consumada (cometida por el cliente explotador, es decir, el canadiense). Los tipos penales se encuentran en la Ley General Contra la Trata de Personas, en los artículos 10 (fracción III), 13 y 18, que en suma alcanzarían una pena aproximada de 60 años, incluyendo las agravantes por tratarse de una persona menor de edad y —claro está— sin derecho a la libertad durante el proceso”. La lección es gratis señor Olea. ¿La entendió?... Los dados repiten Serpiente. Mala racha.

sgarciasoto@hotmail.com

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