El Piojo Herrera hizo honor a su apodo cuando se exhibió como un sujeto diminuto y manipulable por fuerzas que, por mucho, lo trascienden. Enojó que se atreviera a participar en el último desafío que el PVEM le recetó a la autoridad electoral.

En efecto, El Piojo fue uno de los personajes del deporte y la farándula mexicana presuntamente contratados para hacer campaña a favor de los verdes a través de las redes sociales, durante los días y las horas en que eso estaba estrictamente prohibido.

Al hacerlo no sólo violó la ley, sino que se exhibió como un sujeto al que es posible comprar.

Reaccionó frente a ello en un tuit el periodista Carlos Puig: “Si agarras dinero del Verde para promover el voto, ¿qué impide hacerlo para alinear a algún jugador, para perder algún partido?”

Y es que, con su participación y complicidad en la estrategia de campaña, El Piojo Herrera advirtió que es un hombre al que puede comprarse. Tiene precio, pues.

Al director técnico de la Selección Mexicana lo contrató el gobierno del estado de Chiapas para promover el turismo de esa entidad. Manuel Velasco, el titular del Ejecutivo chiapaneco, es coincidentemente militante del PVEM.

Resulta admirable la negociación que logró ese gobernante cuando obtuvo el contrato publicitario con El Piojo, donde se incluyó la simpatía partidaria de este director técnico con los verdes.

¿Cuánto le costó al erario de esa entidad la campaña publicitaria Chiapasiónate, cuyo vocero único fue el director técnico de la Selección Mexicana?

¿Fue incluido como parte del contrato el apoyo que El Piojo entregó a través de las redes sociales al PVEM? ¿Cuál fue el sobreprecio que el gobierno de Chiapas pagó para lograrlo?

Es difícil creer que ese tuit de El Piojo, distribuido entre sus más de un millón 300 mil seguidores, fuera un acto ingenuo, bien intencionado o producto de una mera preocupación ciudadana.

Este individuo probó que tiene precio y que quien lo pague puede obtener de él lo que desee.

Ciertamente al mezclar la química deportiva con la alquimia política El Piojo perdió mucho. Usar el cargo que ocupa para promover a un partido en plena veda electoral fue un error. No importa cuánto le hayan pagado en el gobierno de Chiapas y en las oficinas del PVEM.

Cabe ahora preguntarse si la autoridad electoral tomará este caso como emblemático de lo que no debe hacerse. Si sancionará a este personaje de la vida pública mexicana, que cometió un acto violatorio de la ley.

De cara al futuro, hacia las próximas elecciones, sería un error grave dejar pasar impune este desafortunado episodio.

ZOOM: En México ser gandalla suele premiarse. A partir de ahora, todos aquellos que se consideren orgullosamente gandallas, tienen un partido que defenderá esa forma de ser. Es verde y tiene pico de tucán.


@ricardomraphael

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