Observe su reloj. En una hora más México y Estados Unidos habrán intercambiado 60 millones de dólares. Mañana, justo a esta hora, habrán sido mil 440 millones de dólares. En un año, a partir de hoy, con el TLC vigente, la cifra podría superar fácilmente los 600 mil millones de dólares y rozar los 700 mmd. Difícil de imaginar tal cantidad de dinero, ¿no?

Trece días de comercio con Estados Unidos es lo mismo que un año entero de comercio con Japón (un buen año, 2014 con 20 mil millones de dólares), ¿China es el futuro?, pues, en menos de un mes de comercio con nuestros vecinos del norte sacamos el año entero con el “gigante” asiático (igual, 2014 con 43 mil millones de dólares).

Si el gobierno mexicano fue tan “visionario” para predecir el triunfo de Trump (márquese la ironía en cursiva), ¿porque no lo es para saber cuáles son las fichas económicas que debemos jugar para el futuro próximo y lejano?, ¿por qué la necedad en pensar que podemos solitos y que los dragones nos salvarán de un tío Sam que anda cabreado?

Particularmente, me llama la atención un secretario de Economía que insiste en buscar la salvación en Asia a corto plazo, en revivir a un muerto, apestado y enterrado TPP, y, el colmo, en prender la veladora a China porque, tal vez, puede ser, existe la esperanza, de que “alguien” quiera tomar el liderazgo del tratado zombie.

¿Todavía no asume Donald Trump la Presidencia y ya nos peleamos con nuestro principal socio comercial?, ¿qué mensaje le mandamos al nuevo gobierno gringo al comportarnos así, tan pequeñitos? Entendamos esto, aunque duela en el orgullo nacional, y ¡vaya que duele!: Trump es el presidente electo republicano con el mayor número de votos en la historia de Estados Unidos, pelearnos con él es lo mismo que pelearnos con 62.2 millones de electores y sus representantes en el Congreso y en el gabinete de la nación más poderosa del planeta.

México cuenta con una gran oportunidad, el TLC no ha sido beneficioso únicamente para este lado del Río Bravo, la cadena de producción de muchas industrias estadounidenses no se entiende ya sin el TLC, cortarlo podría representar un incremento de precios allá que encendería las alarmas al grado del impeachment, es claro que negociaremos con Sansón, es evidente que ellos tienen menos que perder de lo que tenemos nosotros, pero no vamos desnudos ni mucho menos indignos, es el momento de los estadistas y no de los improvisados.

DE COLOFÓN.— El papá de Ayotzinapa dice que fueron uniformados y que no fue el crimen organizado. Es el mismo papá cuya voz confiesa a Vidulfo Rosales haber recibido una amenaza de los Guerreros Unidos.

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