Se nota que Javier Duarte ya regresó de vacaciones. Sólo así me puedo explicar su actitud en una “rueda de prensa” en la mañana en la que no aceptó preguntas y su percepción absolutamente mmm, ¿cómo decirlo? casi exultante de la calidad de vida, positiva, por supuesto, que tienen los comunicadores en su entidad.

Duarte deja de lado las cifras oficiales, los señalamientos repetidos de violaciones a la libertad de prensa en su entidad. Es más: hasta dice que el fotorreportero Rubén Espinosa y la activista Nadia Vera no eran incómodos para su gobierno. Si él se lleva con todos bien y de ninguna manera —se lo dijo ayer a Pepe Cárdenas— financia ni paga a medio alguno.

En el caso del multihomicidio de la colonia Narvarte, su respuesta es clara: fue algo que sucedió en el DF, fuera de su jurisdicción; que investiguen allá. Sí, él está de acuerdo con Nadia Vera de que él era responsable de su seguridad… pero sólo mientras ella estuvo en Veracruz. Fíjese.

Ayer Miguel Ángel Mancera anunció que este martes el subprocurador de Averiguaciones Previas Centrales y Ministerios Públicos se trasladará hasta Veracruz para tomarle la declaración a Duarte en torno a la investigación por el multihomicidio. El gobernador dice que dirá lo mismo que dijo hoy en su conferencia de prensa. Señala que el subprocurador capitalino no tiene jurisdicción en su estado; casi casi hará un favor al contestar.

Lo cierto es que formará parte de una investigación y eso ya es un paso. ¿Que se logre probar algo a Duarte, que él mandó matar a alguien fuera del estado, por ejemplo? Suena cuesta arriba. Pensar que algo así ocurrió también sería pensar que él perdió (del todo) el piso.

Lo cierto es que dos entidades, que no estados —dado que el DF no lo es— están bajo fuego, bajo la observación internacional. ¿Qué va a hacer Miguel Ángel Mancera, presidenciable, para mantener la percepción, que cada día se desgasta más, de que la ciudad de México sigue siendo un lugar seguro?

Si usted siente de repente un déjà vu político, pensando que vivimos días previos a 1994, no lo culpo.

No, no me refiero al precio del dólar, a los niveles de desempleo, a los niveles de inseguridad, la presencia del narcotráfico en varias entidades, sino a la simbiosis PRI-gobierno que era la moneda común hasta antes de que Ernesto Zedillo —quien para los priístas “perdió” la Presidencia— decretara la famosa “sana distancia” entre el partido y el gobierno.

El próximo líder del PRI (ya lo es, sin duda, sólo faltan las formalidades), Manlio Fabio Beltrones, ya lo había anticipado, tendría diálogo directo con el Presidente y le consultaría decisiones.

El fin de semana lo retomó y añadió:

—Somos el partido en el gobierno. Y el gobierno es Enrique Peña Nieto (N. de la R.: Epa. Nótese el patrimonialismo del poder; luego que no se quejen de que cualquier cosa que haga mal algún subalterno le afecte directamente). Que nadie se extrañe. Aquellos tiempos en los cuales se hablaba de una sana distancia están muy atrás. Esa sana distancia nos hizo perder la‬ Presidencia de la República, entonces no fue tan sana. ‬‬‬

No deja de ser un pequeño triunfo histórico para Beltrones: enmendarle la plana a quien lo persiguió durante todo su sexenio.

Digo, ya que andan desempolvando al viejo PRI, no está por demás que busquen los discursos de campaña de Luis Donaldo Colosio (gran amigo de Beltrones, a quien sucedió en el gobierno de Sonora) sobre todo el que pronunció el 9 de marzo de 1994:

—No, por supuesto que con el gobierno lo que queremos es comunicación política como todo partido, pero si queremos una clara diferenciación de cuál es el papel que le toca desempeñar al gobierno y cuál es el papel que le toca al partido político al que pertenecemos… Nuestro camino, pues, es el de afirmarnos como un partido en competencia; nuestro camino es el de afirmarnos como un partido con autonomía frente al gobierno.

Finalmente, en el PRD aceptaron que Carlos Navarrete tire la toalla antes de tiempo y la nueva dirigencia del sol azteca sea electa en septiembre próximo ante los desastrosos resultados para su partido el pasado junio.

Como buenos políticos, ya  hay  algunos nombres que suenan para apuntarse a dirigir al perredismo nacional.

Por un lado está la fallida candidata a gobernadora por Guerrero, Beatriz Mojica; el casi ex diputado federal Fernando Belaunzarán, y los senadores Zoé Robledo y Armando Ríos Piter (parece ajonjolí-candidato de todos los moles), entre otros.

Lo cierto que tanto Belaunzarán como el propio Jesús Zambrano ya lanzaron guiños para Andrés Manuel López Obrador, pensando en el 2018.

El todavía legislador federal dice que si AMLO quiere ir juntos, adelante, si decide excluirse, bye.

Para Zambrano, aún hay dolor, pero todo puede pasar:

--No hemos renegado de él; él renegó de nosotros y se fue.

Es como buscarlo para que conste en actas que él les

dijo que no.

En fin, ¿y si más que buscar a una persona que los saque del atolladero en serio --pero en serio-- hacen un análisis de lo que está mal, de fondo, en el partido?

En Puebla, el gobernador, Rafael Moreno Valle, deja claro que a él le gustan personajes controvertidos a cargo de puestos sensibles.

Luego de la (tardía) salida de Facundo Rosas como su polémico  secretario de Seguridad Pública –la CNDH emitió una recomendación en el enfrentamiento de 2011 entre policías federales y estudiantes de la  Normal de  Ayotzinapa  y luego en su paso por Puebla en el enfrentamiento en San Bernardino Chalchihuapan, donde murió el niño José Luis Tlatihue,  y en los últimos días algunos de sus subalternos estuvieron inmiscuidos en presunto robo de combustible—Moreno Valle ya encontró su reemplazo.

Se trata de Jesús Rodríguez Almeida, quien en su CV también tiene recomendaciones, en este caso por la Comisión de Derechos Humanos de DF, por el actuar de policías capitalinos –detenciones arbitrarias, y por el famoso operativo del #1D del 2012 durante la toma de posesión de Enrique Peña Nieto—por ejemplo.

A eso súmele las denuncias ciudadanas de agresiones contra ciudadanos y reporteros cometidas por policías capitalinos, durante algunas de las manifestaciones realizadas en el primer cuadro de la ciudad para exigir la aparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa,  que fue lo que provocó su salida. Ya ni hablar que fue precandidato fallido a una diputación federal.

Ayer leía cifras del Comité para la Libertad de los Presos y el Cese de la Represión Social en Puebla: de los 500 presos y perseguidos políticos del país, 241 pertenecen a Puebla, casi la mitad.

A saber cómo piensa pasar a la historia Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla. Y sí, el sigue pensando que puede ser un buen candidato a la Presidencia de la República.

En México inauguramos una calle, pero como no está lista, no la llamamos así: “inauguración”. Léase Masaryk.

Tenemos un presidente real del PRI que aún no lo es, Manlio Fabio Beltrones y uno que es oficial pero ya dejó de serlo: Carlos Navarrete.

Y claro, tenemos a Andrés Manuel López Obrador.

Él lo dijo:

--El eterno ya por sostenerse en los medios y en la opinión pública es veleidoso, cambia de posiciones y no le importa  destruir los mejores caminos que tiene el país al desarrollo. Yo creo que es el eterno más egoísta que ha existido: Vicente Fox al referirse a Andrés Manuel López Obrador.

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