El ex policía Abraham Torres Tranquilino es el primer sentenciado por el caso Narvarte, en el que cinco personas fueron asesinadas con saña. El jueves pasado, a un año y medio de los hechos, un juez penal estimó “justo y pertinente” imponerle una pena de 315 años (que por lo establecido en el artículo 33 del Código Penal tendrán que reducirse a 70).

Torres Tranquilino, elemento de seguridad pública de la Ciudad de México, había sido condenado a cinco años de cárcel bajo los cargos de tortura y ejercicio indebido del servicio público. Sin embargo, solo pasó nueve meses en el reclusorio, pues obtuvo libertad condicional.

Al ser relacionado con el multihomicidio de Narvarte afirmó en su primera declaración que el 31 de julio de 2015 había acudido al departamento de Milenia Virginia Martín o Nicole “N”, en compañía de dos conocidos, Daniel Pacheco Gutiérrez y César Omar Martínez Zendejas, para quedarse “con lo que ella tenía”.

Un “kilo de ‘perico’”, declaró, que la joven colombiana había recogido en el aeropuerto.

Aquel 31 de julio en el que Milé Viriginia Martín, Olivia Alejandra Negrete Avilés, Yesenia Atziry Quiroz Alfaro, la activista Nadia Dominique Vera Pérez y el fotógrafo Rubén Espinosa Becerril perdieron la vida, una cámara de vigilancia colocada en Taxqueña registró el encuentro de los presuntos asesinos.

En una camioneta Suburban, los tres sospechosos iniciaron el recorrido hacia la calle Luz Saviñón. Las cámaras de la ciudad registraron cada minuto del trayecto hasta Narvarte. Viajaban solos. No hay indicios en las cámaras de que alguien los siguiera.

Los datos contenidos en diversas antenas de comunicación probaron que a lo largo del trayecto Abraham Torres Tranquilino le llamó a Milé Martín siete veces: había acordado con ella, según asentó en su declaración, armarle una página de internet. Con ese pretexto logró que la joven les abriera la puerta.

Una nueva cámara registró a Torres Tranquilino frente al edificio. El ex policía tocó el timbre y luego dejó la puerta abierta para que sus cómplices pudieran seguirlo. Eran las 14:13.

Tres cuartos de hora más tarde las cámaras captaron a Torres Tranquilino y Daniel Pacheco saliendo apresuradamente del edificio. Uno de ellos llevaba una maleta negra.

Omar Martínez —identificado por la policía debido a los tatuajes que lucía en los brazos— abandonó el edificio seis minutos más tarde, intentando cubrir un bulto que llevaba en la cintura (según Torres Tranquilino, una .9 mm.).

Los sospechosos se dividieron. Dos de ellos abordaron un Mustang que había pertenecido a Milenia Martín. El otro huyó en la Suburban. Una cámara detectó más tarde que el Mustang era estacionado en una calle de Coyacán: sus tripulantes sacaron la maleta negra de la cajuela, así como un folder y un aparato de sonido, y lo pasaron todo a la cajuela.

El caso se complicó, sin embargo, desde que trascendió que dos de las víctimas, el fotógrafo Rubén Espinosa y la activista Nadia Vera, denunciaron que habían sido perseguidos y amenazados por el gobierno del veracruzano Javier Duarte.

Junto a la exigencia de abrir una línea que considerara como el ataque a la libertad de expresión como móvil del multihomicidio, los abogados de las víctimas denunciaron que la procuraduría capitalina estaba empeñada en entorpecer y acotar la investigación, y señalaron que el juicio estaba paralizado.

Los sospechosos se retractaron de sus declaraciones e incluso alegaron que se les había sometido a tortura. La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal descartó esa posibilidad en septiembre de 2015.

El juez 25 de lo penal señaló finalmente que había elementos para considerar a Abraham Torres Tranquilino como penalmente responsable de una serie de delitos: feminicidio agravado en el caso de Nadia Vera, Olivia Negrete, Milenia Virginia Martín y Yesenia Atziry Quiroz; homicidio calificado cometido con ventaja en agravio de Rubén Espinosa; robo agravado cometido en lugar habitado y en pandilla, así como robo de vehículo automotriz.

Según el juez, la participación de Torres Tranquilino en el multihomicidio fue absolutamente probada.

Supongo que esto significa que las cosas ocurrieron como afirma la procuradoría: que los sospechosos fueron al departamento de Narvarte por una maleta que contenía droga. Que el fotógrafo Espinosa se encontraba fatalmente en ese sitio, acompañando a su amiga Nadia Vera. Significa tal vez que el crimen al fin está resuelto.

No dejo de preguntarme, sin embargo, por la maleta negra que, según se ve en el video, Torres Tranquilino y Daniel Pacheco sacaron del lugar del crimen.No estaba en el domicilio de los involucrados. No queda rastro alguno de ella. No se sabe cuál fue su destino, a pesar de ser el móvil del crimen.

La sentencia señala que la causa sigue abierta por lo que hace a los otros dos procesados. Puede que en ellos esté la respuesta final.

@hdemauleon

demauleon@hotmail.com

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