¿Qué pasó con la CNTE? ¿Por qué perdió el ímpetu y la fuerza? En las Historias de Reportero de ayer vino el recuento: hace un año estaban en pie de lucha, con las escuelas paradas, con mesa en Gobernación y casi por derogar la reforma educativa. Ahora sus marchas lucen desabridas, negocian en la SEP y cosa de 98% de los docentes en sus estados más fuertes acudió a la evaluación de maestros, el programa emblema de la reforma.

Varios factores tienen a la CNTE disminuida. La estrategia del gobierno federal de pulverizar la mesa de diálogo generó una natural división entre los dirigentes estatales de la Coordinadora. No división en el sentido de pleito, simplemente pulverización de su fuerza. Pero ha ido más allá: hay interlocución de la SEP con líderes de región, nivel menor al del representante estatal.

Además, en las renovaciones de dirigencias de la CNTE, han ganado las elecciones o son favoritos para ganarlas los grupos menos radicales, los que han encontrado espacios de negociación y diálogo con el gobierno federal. Oaxaca y Chiapas son dos ejemplos.

En Oaxaca, Eloy López fue electo a inicios de año. Un moderado que, sin embargo, en la práctica ha resultado un dirigente débil, sin control político. Esto se suma a que el nuevo gobernador oaxaqueño, Alejandro Murat, ha dado pasos erráticos en su relación con la Coordinadora. No luce con la firmeza necesaria frente a la poderosa CNTE y el asunto puede calentarse: Oaxaca, si bien tranquilo hasta ahora, es un foco rojo, sobre todo porque si el gobierno se decide a aplicar la ley, tendrá que correr a aproximadamente 400 maestros que no quisieron evaluarse en ninguna de las tres oportunidades. ¿Abrirán una última oportunidad? ¿Negociarán? ¿Aplicarán la ley?

El caso de Chiapas también merece hincapié. Muchas cosas se le podrán criticar a la CNTE, pero nadie puede decir que no existe una vibrante democracia interna. A diferencia del resto del mundo sindical —en el que los líderes incluso de filiación izquierdista se perpetuan por décadas al frente de las centrales obreras— en la CNTE hay renovación periódica de las dirigencias. En Chiapas ya toca. La actual dirigencia tiene interlocución fructífera tanto con el gobernador, Manuel Velasco, como con el secretario Nuño. Los favoritos para quedarse al frente de la CNTE chiapaneca son del mismo grupo que los actuales. Y, hoy por hoy, negocian la fecha de la elección. A los actuales dirigentes de la CNTE les urge salir, pues no quieren que los tachen de antidemocráticos. Pero la fecha de la elección no la deciden ellos. Por estatutos la decide el STNE, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, sus rivales, comandados por Juan Díaz de la Torre.

Juan Díaz ha sido para el gobierno quizá el más importante de sus aliados en la aplicación de la reforma educativa. Heredero de Elba Esther Gordillo, se encumbró cuando ella cayó presa y ha colaborado estrechamente con la Federación mientras mantiene el control de 90% de los profesores del país, que están en su sindicato, y que se han adherido a los principios de la reforma educativa, especialmente a la evaluación de maestros. Esta coordinación entre SEP y SNTE ha permitido que en la negociación con la CNTE chiapaneca se hable de una fecha de elecciones, siempre y cuando no convoquen a revueltas magisteriales.

Oaxaca es foco rojo y Chiapas es foco ámbar. Pero hay otros dos estados que pueden significar un enorme costo político para el gobierno. Eso viene mañana en estas Historias de Reportero.

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