¿Por qué se te ocurrió invitar al ex presidente Vicente Fox a tu programa?, le pregunté hace unos días al conductor y comediante estadounidense Conan O’Brien, de visita en nuestro país para grabar un especial de su exitoso programa. Porque tiene un lenguaje muy colorido y quiero ver si logro que me diga tres veces en la entrevista al aire que México no va a pagar el ching… muro (the f… wall), me contestó entre risas.

Vicente Fox se ha vuelto un popular y recurrente invitado a programas de televisión de Estados Unidos. Lo mismo en la comedia de O’Brien que en el influyente noticiario 360º de Anderson Cooper en el horario estelar de CNN. La personalidad versátil del ex mandatario mexicano da para un amplio rango de géneros televisivos.

Es un imán de rating: insulta a Trump, le espeta dos tres frescas, lo manda a volar y con ello se convierte en un portavoz del genuino sentimiento de los mexicanos frente al nuevo presidente de la Unión Americana. Tuitea, postea, publica videos en español y en inglés a través de sus redes sociales, videos que se vuelven virales y me parece que resultan incluso más populares en Estados Unidos que en México.

Tanto, que los ve Donald Trump.

El magnate en la Casa Blanca, un singular consumidor de televisión y redes sociales, ha expresado a sus amigos que detesta a Vicente Fox, que le enojan sus opiniones y culpa al gobierno mexicano por no meterlo en cintura.

Controlen a Vicente Fox porque irrita mucho a Trump, fue lo que recomendó el ex primer ministro canadiense, Brian Mulroney, a la delegación mexicana que visitó Toronto hace unos días, todo esto de acuerdo con fuentes del gobierno federal de nuestro país.

Mulroney fue fundador del Tratado de Libre Comercio de América del Norte junto con Carlos Salinas de Gortari y George Bush padre. Ya retirado se fue a vivir a Mar-a-Lago, el complejo de lujo propiedad de Donald Trump en Palm Beach, Florida. Ahí se conocieron y se hicieron amigos, según me informaron.

El consejo —controlen a Fox porque irrita mucho a Trump— lo soltó, a decir de las mismas fuentes, a la delegación mexicana que pasó 30 horas en Toronto y estuvo encabezada por los secretarios de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, y de Economía, Ildefonso Guajardo, para participar en un foro sobre la “nueva” América del Norte.

Se trajeron de Canadá el compromiso de ese país de que las renegociaciones del TLC van a ser entre las tres naciones firmantes y no sólo en dos tandas de dos (EU-México y por separado EU-Canadá) como parecía querer Donald Trump.

SACIAMORBOS. Para el premier canadiense, Justin Trudeau, uno de los líderes mundiales de moda, su visita a la Casa Blanca implicaba mucho riesgo. Se ve que en su oficina analizaron cuidadosamente la sicología de Trump porque Trudeau se presentó con una foto en blanco y negro de su propio padre (Pierre, quien también fue primer ministro del país de la hoja de arce, pero hace casi cuarenta años) atendiendo una conferencia de un joven Donald Trump en el Waldorf Astoria de Nueva York en 1981. Trump se le rindió.

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