Cuando reinicie el año, se sentarán de nuevo a la mesa Ricardo Anaya y Alejandra Barrales para tratar de concretar una alianza PAN-PRD para la elección a gobernador en el Estado de México.

Su objetivo es el 2018. Porque está claro que si el PRI es incapaz de retener la gubernatura en esa entidad, en la que nunca ha mandado otro partido que no sea el tricolor, sus posibilidades para vencer en la elección presidencial se ven casi aniquiladas. El Estado de México es la tierra del presidente Peña Nieto, es el estado gobernado por uno de los presidenciables del PRI (Eruviel Ávila), reserva de votos y recursos para financiar las campañas.

El panista Anaya y la perredista Barrales quieren aliarse. Pero tienen resistencias internas. Deberán vencerlas. Y además está el principal obstáculo de encontrar un nombre que pueda ser atractivo para el electorado mexiquense y viable para los dos partidos. Ahí están atorados.

El PAN no ha quitado del primer lugar de su lista a la ex candidata presidencial Josefina Vázquez Mota, a pesar del embate del que fue objeto hace un par de meses cuando se denunció un manejo poco transparente de cientos de millones de pesos que el gobierno federal priísta presupuestó para su fundación promigrantes.

En el PRD tienen encabezando su lista al senador con licencia y miembro de la Asamblea Constituyente, Alejandro Encinas. Sin embargo, en algunos sectores del PRD preocupa que el también ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México no se haya decidido a buscar la candidatura, al parecer por presuntas amenazas que han causado trastornos en su círculo más cercano. Esto no ha sido confirmado oficialmente, pero de darse, sería un caso similar al que en su momento frenó las aspiraciones del senador Armando Ríos Piter al gobierno de Guerrero.

Apenas el 23 de diciembre venció el plazo para registrar ante las autoridades electorales una candidatura común. No era el interés primordial de ambos partidos opositores. Su tirada es una coalición de partidos. Les queda poquito menos de un mes para lograrlo. Las pláticas reiniciarán la primera semana de enero, con miras a tener una definición para la segunda o tercera semana del mes, según me dicen fuentes de ambos partidos.

También está por verse qué hacen el PT y Movimiento Ciudadano, que están invitados a esta coalición. Morena no fue convidado y tratará de desatar su propio ruido y sus propios sismos.

El arranque del año 2017 va a estar marcado por estas negociaciones.

Del lado priísta estará también a todo el jaloneo entre la docena de aspirantes a la sucesión de Eruviel Ávila, con la permanente posibilidad de que se le sumen los partidos Nueva Alianza y Verde Ecologista de México.

Se sabe que los operadores del gobernador Eruviel Ávila, ante la preocupación que les genera la posibilidad de que PAN-PRD se alíen, han estado tratando de minar “desde abajo” la coalición, amarrando tratos con líderes y grupos locales.

De todas las noticias de política mexicana que se prevén para el 2017, esta será sin duda la más jugosa.

historiasreportero@gmail.com

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