Termina el año y no lo capturan. De acuerdo al Plan A de Los Pinos, el cual me fue informado por un contacto de la PGR, el ex gobernador debería ser apresado antes de la cena de fin de año; qué bien le caería a la Federación, en estos momentos, algo fuerte para eclipsar un poco el gasolinazo anunciado para el 2017. 
De no concretarse el Plan A, el B consiste, como lo informé en columnas anteriores, en entregarlo cualquier mes antes de las elecciones del 2017. La captura de Duarte, en este panorama, por tratarse del hombre más buscado del momento en México, abonaría un poco al PRI (mínimo quizá, pero nada despreciable), hacia los comicios del próximo 4 de junio.
Esté donde esté Javier Duarte, sea Belice, Guatemala o Costa Rica, como lo comenté en un primer momento de acuerdo a mis fuentes, o bien, Canadá e Irlanda, como me lo hicieron saber los mismos informantes que probablemente estaba, la captura del ex gobernador es cada vez más redituable para el PRI y la Federación.
Fronteras laxas o no, esquemas migratorios blandos o duros, lo cierto es que Javier Duarte tiene suficiente dinero en efectivo para cuando menos intentar burlar cualquier línea fronteriza; el ex gobernador buscará comprar toda aquella conciencia mexicana, centroamericana, canadiense o europea, que le permita seguir evadiendo la justicia; "cash" para ello tiene, y de sobra.
Continuando con los excesos de Javier Duarte como Gobernador de Veracruz, se me ha informado que hubo ocasiones en que pagó, con dinero de los veracruzanos, cuentas de 700 mil pesos mensuales por ropa para él en sucursales de la prestigiada marca Ermenegildo Zegna. 
De igual forma, en tiempos para festejar La Candelaria, Javier Duarte consentía a sus amigos, familiares e invitados especiales, en su rancho de Tlacotalpan, con las comodidades más lujosas y excesivas, llegando a pagar, desde su oficina en Casa Veracruz, hasta 3 millones de pesos por sólo dos días de agasajos.
Y precisamente ahí, en Casa Veracruz, Duarte mandó a construir una sala de cine, con máquina de palomitas y uno de los equipos de sonido más caros del mercado, Bang & Olufsen (B&O), con un costo superior a los 500 mil pesos.
De mucha utilidad le sería a la Federación y al PRI agarrar a Javier Duarte lo más pronto posible, más aún ante la proximidad de comicios importantes. Nos indigne o no, desde las desgracias más lamentables, como la ocurrida en Tultepec, hasta las probables capturas de oscuros personajes, tienen y tendrán implicaciones electores, así de fácil.


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