En una segunda fase la aspirante habría matizado su dicho al señalar que “no se puede apoyar al TPP en su forma actual”, es decir no, pero sí, o como diría la chimoltrufia, como digo una cosa digo la otra.

El escenario, a juicio de los expertos, abre dos expectativas, la primera que como sucedió con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte al cambio de administración republicana por una demócrata, encabezada, justo, por William Clinton, el marido de la aspirante, se coloquen en la escena acuerdos paralelos, complementarios o suplementarios.

Estas apuntaron entonces a cuestiones laborales y ambientales de cara en este caso a la franja fronteriza, que al paso de los años fueron perdiendo gas.

La segunda, al parecer la más viable, es que el Congreso a la ratificación de los documentos de la negociación del acuerdo que engloba a 12 países, le introduzca algunas notas para su aplicación.

Negada en principio al presidente Barack Obama la posibilidad del Fast Track o vía rápida, en cuyo marco se negoció el TLCAN, es decir el sí o no al documento final sin opción de abrirlo para renegociar, finalmente se logró una alternativa paralela que se complementa con la llamada ley de Implementación.

La posibilidad mantiene la negociación intacta, pero abriendo alternativas para mitigar los efectos negativos que pudiera tener de cara a sectores productivos o consumidores.

Aprobado ya el documento final por Japón, quien junto con Australia se ha opuesto tajantemente a la posibilidad de renegociación, el país del sol naciente aprobó una partida presupuestal extraordinaria para apoyar a pequeños y medianos productores, con énfasis en arroz. Australia y Nueva Zelanda están planteando medidas similares.

En la coyuntura, México podría hacer lo propio para evitar el colapso de sectores sujetos a una competencia desigual, los productores de leche, los textileros, los criadores de ganado ovino, por ejemplo.

Por lo pronto, publicaciones especializadas de Estados Unidos han dado a conocer que viernes pasado, un día después de la declaración de la señora Clinton con perfil de puntilla, el presidente Barack Obama notificó al Congreso su intención de enviar la iniciativa de complementación del TPP.

De acuerdo a la ley que le dio cauce a la negociación, una vez realizada la notificación se tienen 30 días para su envió efectivo.

Esta podría llegar en noviembre, presumiblemente en la sesión posterior a la elección, que se inicia el 15 del mes.

A parecer no hay objeción por parte del líder de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan.

Sin embargo, del dicho al hecho está la oposición del líder del Senado, el también republicano Mitch McConell, quien, a presión de los grandes productores de fármacos, ha manifestado su repudio al TPP en el capítulo de duración de las patentes.

La posición original de Estados Unidos hablaba de extender ésta durante 12 años adicionales a los 20 que se han determinado, en afán de que los laboratorios recuperaran sus gastos de investigación y desarrollo de nuevos productos. El punto final determinó que la extensión, de cara a nuevos productos que llegaron al mercado, seria de solo cinco años adicionales. Como usted sabe, los medicamentos genéricos se producen al agotarse la protección de la patente, lo que permite una baja sensible en su costo.

Obama, pues, busca oxígeno para el TPP en la posibilidad de que los demócratas mantengan el poder. El problema es que ganara el republicano Donald Trump.

Balance general. Aunque podría ubicarse en el casillero de las buenas noticias que el presidente Enrique Peña Nieto pide privilegiar, lo cierto es que la reducción de 10 por ciento en el costo del gas LP aplicable a la Ciudad y el Estado de México es producto de una carambola provocada por la descoordinación.

Hete aquí que la Comisión Reguladora de Energía abrió la puerta a la importación del combustible por parte de particulares justo cuando Petróleos Mexicanos tenia la existencia de reservas a tope.

La competencia le obligó a reducir el precio a los distribuidores en 38 por ciento, lo que no se repercutió al público.

Naturalmente, el margen de descuento implicó empatar o reducir un poquito más el costo del combustible adquirido en el sur de Texas, con la novedad de que tampoco los importadores repercutieron el nuevo costo a los usuarios. Más que un acto de auxilio a las amas de casa, pues, se trató de un castigo.

Lo curioso del caso es que teniendo Pemex la posibilidad de comprarle el gas a los mismos proveedores, nunca se le obligó a reducir sus costos al público consumidor.

Desde otro ángulo, aún con el descuento de 38 por ciento la empresa productiva de Estado no perdió dinero, lo que indica que su ganancia era mayor.

La Secretaria de Hacienda es quien fija los precios al público.

Guerra al IMSS. En coincidencia con la pérdida de un contrato otorgado por el Instituto Mexicano del Seguro Social para servicio de hemodiálisis peritoneal, en la ciudad de Puebla se realizó una manifestación de pacientes frente a las instalaciones del organismo, en exigencia de que se le regrese el contrato al mismo proveedor.

Estamos hablando de la empresa Baxter.

Esta había ofrecido el servicio subrogado durante más de una década, perdiendo la posibilidad de alargar la ruta al modificarse el esquema de licitaciones del IMSS, en cuyo escenario cada postor presenta su esquema de medicamentos y tratamientos en concordancia con los autorizados, en paralelo al costo.

El contrato lo obtuvo la empresa Pisa.

Y aunque las señales apuntarían a que Baxter organizó el borlote, su director general, Víctor Pedroza, rechaza la tutoría.

El funcionario reconoce que se trató de una licitación limpia y apegada a derecho, aduciendo que la firma es respetuosa del resultado. Que le pregunten a los enfermos, dice.

Justicia social. En afán de privilegiar la mano de obra y empleos en general en la construcción del nuevo aeropuerto hacia comunidades cercanas, el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México firmó un acuerdo con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción. El documento compromete además a generar una bolsa de trabajo para los pobladores de pueblos aledaños.

La posibilidad habla de casi 160 mil fuentes de empleo en la fase de construcción.

Actualmente mil 300 pobladores de Texcoco y Atenco laboran en labores de rescate y conservación de la flora y fauna de la zona, de los cuales el 48 por ciento son mujeres.

La oferta habla de becas del Instituto Tecnológico de la Construcción para capacitación y certificación de los trabajadores locales.

albertobarrancochavarria0@gmail.com

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