De acuerdo a su cálculo la línea roja se ubicaba en el equivalente al 42 por ciento del Producto Interno Bruto. El caso es que llegamos ya al 44.9.

El salto mortal llega justo cuando el gobierno tiene la menor capacidad de ingresos del sexenio. Caído al sótano el ingreso petrolero y sin opción política de incrementar los impuestos, el coctel se vuelve explosivo.

A la mitad del periodo sexenal el país está en la antesala del escenario recurrente de fin de sexenio desde hace muchos años.

La carrera habla de un incremento de 10.5 puntos como porcentaje del PIB en el débito con cargo al erario público en una carrera que incluye modalidades inéditas para no contabilizarlas en los estados financieros, por ejemplo los bonos educativos cuya primera emisión fue de 50 mil millones de pesos.

Al 30 de noviembre del 2012, último día del segundo sexenio panista, el monto se ubicaba en cinco billones 350 mil millones de pesos. Hoy está en ocho billones 200 mil… al margen de los compromisos no contabilizadas en los estados financieros, es decir los faltantes de reservas para atender pensiones de servidores públicos y académicos de universidades, cuyo nivel se calcula en el doble de la deuda pública.

En la danza, para el 2013 el monto de préstamos había crecido a cinco billones 998 mil 753, lo que implicaba un salto en términos nominales de 12.1 por ciento y reales, es decir descontada la inflación, de 8.2.

Al cierre del 2014 el nivel era de siete billones 440 mil 529 millones de pesos, lo que implicó un salto inaudito de dos billones, la mitad del presupuesto que ejercerá este año el aparato público.

En ese año, el Congreso había autorizado un techo de endeudamiento, es decir de colocación de bonos de deuda por entidades públicas o empresas paraestatales de 650 mil 478 millones de pesos.

Aunque la mayor parte del colosal fardo corresponde a la deuda interna contratada a tasa fija vía Cetes y Tesobonos, una porción significativa, 158 mil 580 millones de dólares, se ubica en el ámbito de la deuda externa.

El crecimiento hasta el tercer trimestre del año pasado era de 30.35 por ciento.

Su proporción equivale al 18 por ciento del Producto Interno Bruto.

De incrementarse nuevamente la tasa de interés referencial de la Reserva Federal de Estados Unidos, el servicio del débito más los intereses implicaría un pago adicional equivalente a 50 mil millones de pesos… digo sí se frena la depreciacion de la moneda.

El año pasado el pago de intereses y comisiones de la deuda interna y externa representó el seis por ciento de los ingresos presupuestarios del sector público.

Y aunque el remanente de operación que el Banco de México le entrega a la Secretaria de Hacienda año con año debía canalizarse al pago del débito, el gobierno lo está empleando en gasto corriente.

De cara al callejón, pareciera que la única alternativa del gobierno es ajustarse el cinturón, es decir disminuir drásticamente el gasto corriente.

De no atreverse a recortar el presupuesto, por más que la disminución llega ya 220 mil millones de pesos, el gobierno deberá hacer una cruzada por la austeridad franciscana.

Menos viajes, menos lujos, menos séquito, menos despilfarro.

Las alarmas están sonando.

Balance general. Urgida de liquidez ante un escenario que la coloca en ruta hacia un concurso mercantil, el gobierno le está lanzando un tanque a ICA… solo que sin oxígeno.

Atribuida en parte la crisis de liquidez de la principal constructora del país a adeudos que arrastra el gobierno, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes está reconociendo pagos extraordinarios por vicios ocultos en los contratos, con la novedad de que el pago se hará en especie.

La deuda se cobrará extendiendo los plazos de explotación de las tres carreteras de cuota que tiene concesionadas la empresa encabezada por Alonso Quintana. Estamos hablando de México-Tuxpan, Mitla-Tehuantepec y Barranca-Larga Ventanilla.

La empresa enfrenta un largo litigio con el gobierno capitalino por los defectos de obra de la Línea 12 del Metro que mantiene congelado el pago del finiquito.

ICA está vendiendo los contratos que mantenía con el gobierno federal para la construcción de dos penales.

TPP ya casi. Será el cuatro de febrero, finalmente, cuando los 12 países signantes del Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica, conocido por sus siglas como TPP, firmen el documento final en una ceremonia a realizarse en la ciudad de Auckland, Nueva Zelanda.

El compromiso se avalará a nivel de ministros de Comercio o Economía.

Sin embargo, del dicho al hecho falta aún que los Congresos de las naciones en concierto avalen la negociación.

El plazo es de dos años.

Aunque en nuestro país la discusión se abrió desde el año pasado en el Senado, el texto se remitirá hasta después del proceso electoral de Estados Unidos, en el temor de que llegara una mayoría conservadora que bloqueara la posibilidad.

El bloque representa un mercado potencial de 800 millones de habitantes, cuyo producto interno bruto representa el 40 por ciento del mundial.

La intención del principal promotor del pacto, Estados Unidos, es hacerle contrapeso al potencial chino.

Carstens se queda. Colocada en duda la posibilidad de reelección de la actual directora-gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, por los problemas legales que enfrenta, se abrió la posibilidad de que México colocara en la mesa la candidatura del gobernador del Banco de México, Agustín Cartens.

Sin embargo, la Secretaria de Hacienda jugará la carta por la continuidad.

El exsecretario de Hacienda había peleado la posición justo cuando la ganó Lagarde, quien llegó como la nueva carta de Francia tras la dimisión de Dominique Strauss-Kahn, a quien se procesó por una denuncia de agresión sexual de parte de una camarera de color en un hotel de Nueva York.

Carstens tiene frente así un largo periodo al frente del Banco de México.

albertobarrancochavarria0@gmail.com

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