La explicación de Sierra Oil & Gas, firma que presume de ser la primera de la temporada en el terreno vetado por décadas a privados, tiene como socio al Fondo de Inversión denominado Infraestructura Institucional.

Este lo creó, en efecto, Gerard Rivera… solo que lo vendió a Black Rock, el fondo de capital privado más grande del planeta.

En la panza del primero estaba una participación accionaria de 13%.

Sin embargo, la inversión no la colocó en la mesa el empresario cuya constructora le apostó infructuosamente a participar en la infraestructura y operación del tren de alta velocidad México-Querétaro en consorcio con el Grupo Higa, sino los trabajadores afiliados al Sistema de Ahorro para el Retiro.

La posibilidad de utilizar los recursos acumulados la abrió la creación de un instrumento de peligroso filo denominado CKD, cuyas siglas se traducen como Certificado de Capital de Desarrollo.

Diseñados para ofrecer financiamiento a fondos de inversión que requieren dinero fresco… y blando, los CKD se han convertido en los instrumentos financieros más codiciados del momento en la coyuntura de la reforma energética.

La luz verde la dio la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro en el marco de la posibilidad de utilizar hasta 20% de los ahorros de los trabajadores en inversiones de riesgo.

Los fondos se utilizan, justo, para apuntalar empresas en ciernes bajo una receta de participación accionaria, lo que implica que no están sujetos a un esquema de rendimiento fijo sino variable.

La ganancia está indexada al éxito de la empresa.

El visto bueno para utilizar a la Bolsa Mexicana de Valores como instrumento de colocación se dio en la época en que la presidió Luis Téllez.

Hasta hoy hay una docena de fondos que han colocado CKD… quienes, naturalmente, cobran lo que en argot bursátil se conoce como “managment fee” a comisión de manejo.

El porcentaje de ganancia está en proporción al tamaño de la “cosecha”.

Uno de los fondos en entredicho es Axis, integrado por Gonzalo Gil White, hijo del ex secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, y de su primo, José Antonio Cañedo White, alguna vez funcionario de Nacional Financiera.

Los CKD’s se canalizaron a apuntalar a la empresa Oro Negro, quien pasa por un mal momento, golpeada por los recortes presupuestales en Pemex que le cancelaron la posibilidad de mantener condiciones contractuales en la renta de plataformas petroleras y, desde luego, la posibilidad de nuevos tratos.

La inversión fue colosal.

De hecho, la triste situación de la compañía ha provocado algunos canales de demandas y hasta la posibilidad de llevarla a un consorcio mercantil.

La mayoría de los fondos están integrados por ex funcionarios públicos o personajes ligados a éstos. De hecho, el propio Luis Téllez está tratando de crear el suyo.

La gran pregunta, naturalmente, es sí la Consar mantiene la lupa en la apuesta de alto riesgo a espaldas de los trabajadores, aunque lo que se está jugando es su dinero.

La noticia, por lo pronto, de la existencia de la CKD salió con calzador ante el escándalo que provoca la figura del ex presidente Carlos Salinas de Gortari.

Balance general. A pesar de ser el peor librado en el recorte de programas federales de carga presupuestal, Petróleos Mexicanos sufrirá otro recorte en el reparto de partidas del año próximo.

El segundo de la tarde después del de este año que alcanzó 62 mil millones de pesos, en cuyo marco la empresa debió cancelar su participación en la llamada Ronda Uno y de pasadita cancelar contratos de renta de plataformas petroleras para exploración en aguas profundas.

El monto no se ha definido aún.

Para este año, como usted sabe, se le asignó a la empresa productiva de Estado un presupuesto de 540 mil 580 millones de presos, de los cuales 366 mil 352 millones serían para inversión y 174 mil 228 para gasto corriente.

El amago de la Secretaría de Hacienda es recortar 135 mil millones de pesos, frente a los 124 mil de este año.

ICA a remate. En afán de reducir su colosal deuda, el Grupo ICA está colocando en el escaparate un paquete de activos cuyo valor alcanzaría 5 mil millones de pesos.
Con ello reducirá su débito a un nivel equivalente a seis veces sus ganancias antes de intervención, impuestos, depreciación y amortización.

La firma percibió los focos rojos ante la posibilidad de que se cancelara el proyecto para un acueducto denominado Monterrey VI, que correría del río Panuco de Veracruz hasta Nuevo León, pasando por San Luis Potosí y Tamaulipas.

La firma constructora participa, vía su filial Constructora de Operación de Infraestructura, en alianza con el Grupo Higa, el financiero y constructor de la Casa Blanca y la mansión del Club de Golf de Malinalco, cuya propiedad se atribuye a la esposa del presidente Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera y al secretario de Hacienda, Luis Videgaray.

El gobernador electo de Nuevo León, Jaime Rodríguez, conocido como “El Bronco” ha anticipado la cancelación del proyecto, cuyo costo se elevó a 62 mil millones de pesos.

Huella de Cadena Tres. Aunque aún no hay fecha para reponer la licitación de canales de televisión ahora en la modalidad de cadenas regionales, no nacional, el Instituto Federal de Telecomunicaciones ya tiene el parámetro para la contraprestación.

Este será similar, aunque fragmentado, a lo que pagó la Cadena Tres de Olegario Vázquez Raña por la cadena nacional ya en la antesala, es decir mil 800 millones de pesos.

En este caso se licitaron 123 frecuencias, idéntico monto de las que se pondrán en la mesa.

¿Y Olvera? Aunque en el papel aparece como el villano de la película en la defraudación masiva a clientes de la financiera popular Ficrea, hasta hoy no se conoce movimiento alguno para ubicar y presentar ante la ley al presidente de la firma, Rafael Olvera Amezcua.

Este mantiene aún una empresa financiera en España, y cuenta con al menos 50 propiedades, ninguna de las cuales ha sido confiscada.

albertobarrancochavarria0@gmail.com

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