De ser considerada una disciplina con poca seriedad, los clavados de altura se han ganado el respeto internacional. Y México tiene dos exponentes entre los mejores del mundo; Adriana Jiménez, quien hoy buscará medalla en la justa del orbe en Budapest, y Jonathan Paredes que hará lo propio mañana.

Ambos iniciaron sus carreras con poco respaldo económico e incluso burlas de quienes los consideraban “payasos”. El tiempo y las medallas les dieron un sitio privilegiado en el alto rendimiento del deporte mexicano y este fin de semana podrían callar más bocas y demostrar que la disciplina llegó para quedarse.

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