Se incrementa la opinión de que es un mal momento para invertir. En la actual coyuntura, el futuro económico de México no lo determinan condiciones domésticas sino externas. Y con este “no eres tú, es el panorama internacional”, los empresarios muestran cautela.

Los factores que podrían obstaculizar el crecimiento económico, por orden de importancia, son debilidad del mercado externo y la economía mundial, la plataforma de producción petrolera, inestabilidad financiera internacional y el precio de exportación del petróleo.

A nivel interno también aparecen circunstancias adversas a la inversión como inseguridad pública, debilidad en el mercado interno, la política fiscal que actualmente se instrumenta, ausencia de cambio estructural en México, incertidumbre cambiaria e incluso la situación económica interna. Finalmente, y de nueva cuenta una variable foránea, la inestabilidad de la política internacional.

El futuro económico de México, en general, se basa en variables como el crecimiento de la economía mundial y de Estados Unidos, los índices de inflación, tipo de cambio, tasas de interés y los precios internacionales del petróleo.

Conviene considerar entonces que el Banco Mundial eleva sus expectativas sobre el precio del petróleo para el segundo semestre del 2016 por las perturbaciones de oferta como los incendios en Canadá y el sabotaje a la infraestructura petrolera en Nigeria. Ahora, aunque se prevé que el precio del petróleo será ligeramente más alto en el segundo semestre de 2016 al disminuir el exceso de oferta en el mercado del petróleo, se debe considerar que las existencias siguen siendo muy altas y tardarán algún tiempo en ser utilizadas. Así, el valor promedio esperado del precio del petróleo para el 2016 de 42 dpb y de 53 dpb en el 2017.

Un efecto vinculado es la caída de los precios de productos agrícolas a nivel internacional, debido a que la energía representa más del 10% del costo de producción.

A nivel macroeconómico, la expectativa sobre la tasa de inflación general se ajusta a la baja para el cierre de ambos años y se espera un incremento en el 2017de 0.01 y 0.08 puntos porcentuales para la inflación general y subyacente, respectivamente.

De forma simultánea continua la tendencia negativa en cuanto a la tasa de crecimiento del PIB y del tipo de cambio para ambos años. Las expectativas sobre tasas de interés de corto plazo se mueven a la alza y caen los rendimientos esperados para los bonos del gobierno a largo plazo.

Ahora, uno de los motores que mantiene la dinámica del crecimiento de México es la demanda interna apoyada por un incremento en el crédito nacional.

De diciembre del 2012 al segundo trimestre del 2016, el crédito al consumo registra un aumento del 44.6%, del total de este tipo de financiamiento más del 80% corresponde al sector bancario.

El crédito para vivienda creció 32.8%, en este rubro los recursos provienen en más del 65% del sector no bancario.

El financiamiento para empresas y personas físicas con actividades empresariales aumentó 55.3% y su fuente principal, arriba del 65%, provino del sector no bancario.

Todo esto conlleva a pensar que aunque existen características propicias de inversión en México, como el apoyo al consumo interno y financiamiento empresarial, algunos factores, sobre todo de índole internacional, generan incertidumbre.

Rector del Colegio Jurista

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