A ocho de cada diez norteamericanos, la campaña electoral los deja asqueados de la política, mientras el virtual empate se mantiene entre Trump y Hillary Clinton, los últimos días se concentran en los Estados aún no claramente definidos. Sólo quedan sábado, domingo, lunes y martes electoral para que concluya la pesadilla. Nadie quiere hablar más de las elecciones, ni en California, ni en Florida… ni en estados que ya han definido claramente cuál será la votación mayoritaria, ni en los que están en la balanza. Las campañas electorales se acercan al cierre. Ayer las encuestas veían cuatro puntos a favor de Clinton. Pero la realidad es que nada podrá preveer los resultados del martes 8 de noviembre. La incredulidad, la duda, la imprevisión se han apoderado de los electores, no hay resultado final previsible.

Algunos recuerdos del pasado reciente o flash-backs, forman ya parte de otra historia. Por ejemplo cuando Al Gore perdió Florida por 537 votos y eso le costó perder la elección, aunque a nivel nacional haya alcanzado la mayoría en el voto popular. Con los 29 votos electorales para Florida que fueron para Bush, perdió la elección. Tal vez algunos recuerden que Gore reconoció el triunfo de George Bush y se retiró de la política electoral sin más. ¿Haría lo mismo Trump si se encontrara en un caso similar? Evidentemente no, porque las reglas, las normas de la política estadounidense han sido abandonadas, o cambiado dirían algunos. Bueno, sí cambiado a través de enfrentamientos encabezados por los Republicanos, que han eliminado la fuerza de la política para sustituirla por la política de la fuerza. ¿Qué, desde cuándo? Esa historia comenzó en los noventa, con los enfrentamientos de los republicanos contra Clinton, en su primer periodo cuando desarrollaron políticas obstruccionistas, según recuerda Krugman. En el segundo periodo los republicanos pasaron a las acusaciones, ¿Cómo era posible dos periodos para el Presidente Demócrata en la Casa Blanca?

El más amplio cambio en la política de los Republicanos hacia el Presidente fue durante el gobierno de Barack Obama, cuando la obstrucción se convirtió en permanente y comenzó a derrumbarse el edificio de la política bipartidaria. La elección de Obama despertó grandes esperanzas, parecía que el racismo contra la población negra llegaba a su fin. Pero se convertía en algo insoportable para los blancos que hoy son el electorado de Trump, que se sentían desplazados, tenía que recuperar su superioridad en todos los campos. Fue Trump quien encabezó el rechazo, al insistir durante años en que Obama había nacido en Kenya. La gran mentira, que pretendió borrar hace semanas cuando dijo que SI, que había nacido en Estados Unidos “y punto”. Pero la política de los Republicanos hoy que desemboca con Trump como su candidato Presidencial, se fue fraguando por el Tea Party, nada con los demócratas, obstrucción total, el Congreso vs las iniciativas presidenciales.

Las cosas avanzaron mucho más, y eso se ve y se siente a cuatro días de las elecciones, incluso desde hace una semana. Cuando James Comey, Director del FBI, encendió otro escándalo contra los correos electrónicos de Hillary, pero sin sustancia… Habiendo pertenecido al partido Republicano hasta el año pasado, susceptible a las críticas de la derecha trumpiana, aparentemente no tenía evidencia de las faltas de Hillary Clinton, afirma Paul Krugman. ¿Por qué violó leyes sobre comentar investigaciones sensibles tan cerca de la elección? Ni siquiera había reiniciado investigación de esos nuevos correos ¿Por qué lo hizo siendo advertido de lo que ocurriría? Lo relevante es que torció, sacudió la elección en los últimos días de la campaña.

El resultado de las elecciones hablará claramente del futuro político de Estados Unidos, de la salud de la democracia y las instituciones: los votos dirán mucho sobre los electores, sobre las instituciones políticas, sobre los partidos y sobre las crisis que se avecinan gane Trump o gane Hillary. Veremos la fuerza de la política o la política de la fuerza, según gane Hillary Clinton o Donald Trump.

Periodista y analista internacional

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