Las exportaciones de México, un tercio del PIB en valor, están en su segunda caída este año, después de bajo crecimiento desde 2012. De ahí la lenta expansión del producto desde ese año.

El mercado interno estuvo frenado en 2013 y 2014 y sólo comenzó a recuperarse en 2015 y en lo que va de 2016. Un indicador de esto son las ventas del sector comercial. El volumen de las de menudeo se aceleró de 2.7% en 2014 a 5.1% en 2015 y 7.1% en 2016.

Esto ha hecho pensar a muchos que el motor del mercado interno puede reemplazar al de las exportaciones. Aunque así es, hasta ahora, es improbable que se pueda mantener.

La razón es la debilidad de los ingresos por trabajo, no en número de empleados, sino en lo que ganan, la masa salarial. Ya que 78% de la población ocupada que reporta ingreso de trabajo gana sólo hasta 3 salarios mínimos (6 mil 570 al mes), no debería esperarse que la venta interna sostenga el crecimiento en tasas parecidas al 2.5% registrado en 2015.

Por lo tanto, el aumento de ventas visto hasta ahora no se podrá sostener por mucho tiempo más, a menos que haya una fuerte expansión del crédito bancario al consumo. O bien, que haya más devaluación que eleve el valor en pesos de las remesas familiares sin aumentar la inflación.

Esto nos regresa al sector externo. La exportación perdió 16 mil millones de dólares en 2015 y hasta abril de 2016 otros 8 mil millones. La caída de la petrolera no es sorpresa, pues comenzó desde 2014. Pero la caída de la exportación manufacturera sí causa preocupación porque no se veía desde 2009, el inicio de la crisis global.

Es un hecho que la crisis global no se ha resuelto y que en 2016 enfrenta un nuevo capítulo de debilidad, al estar casi agotadas las políticas de estímulo macroeconómico de los gobiernos o su impacto (en el caso de la zona euro). Así, la economía real no tiene mucho colchón que le impida caer.

En 2015 la exportación de manufacturas sólo aumentó en 2 mil 700 millones de dólares, cuando un año antes lo había hecho en 22 mil 700 millones. Hasta abril de 2016 su caída con respecto al mismo periodo del año anterior fue de 4 mil 700 millones.

En efecto, ya se advierte en Estados Unidos que las ventas automotrices han tocado su techo y no dan margen para expandir nuestras exportaciones. De ahí que la exportación automotriz mexicana haya caído 15.6% anualmente en abril y que eso haya hecho que la producción cayera 4.9%.

Las agresivas promociones de ventas en años recientes con crédito fácil e incentivos en efectivo por parte de armadores y distribuidores automotrices causaron que los consumidores adelantaran compras que normalmente hubieran hecho en años posteriores y que ahora ya no se harán.

Entre otras razones, por esta causa no debe esperarse mucho del sector externo de la economía en 2016 o 2017. El crecimiento del PIB seguirá dependiendo de un mercado interno que, por su poca fortaleza en ingresos familiares, lo mantendrá más cerca de 2% que de 3%. Tampoco se descarta que sea menor, excepto si hubiera devaluación sin inflación o si aumentara mucho el salario mínimo, como parecen ser los planes oficiales.

No hay que olvidar, sin embargo, que un aumento repentino del consumo interno cuando la exportación se debilita, llevará a un déficit externo mayor. Hasta abril el déficit comercial triplicó la cifra del mismo periodo de 2015.

Será difícil encontrar un equilibrio satisfactorio entre crecimiento, tipo de cambio, inflación y déficit externo. Si éste no va a aumentar, el gobierno tendrá que sacrificar el crecimiento. Si éste aumenta con base en consumo, aumentará el déficit externo.

Analista económico

rograo@gmail.com

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses