Dos victorias clave para ISIS o "Estado Islámico" marcaron esta semana. La primera, la toma de Ramadi en Irak. La segunda, la toma de Palmyra en Siria. Se trata a la vez del control de dos sitios estratégicos, y de dos conquistas enormemente simbólicas por varias razones: (a) se dan de manera consecutiva dentro de una misma semana, (b) representan los mayores triunfos de ISIS desde el 2014, (c) parecen indicar que ISIS recupera la iniciativa, (d) producen una gran sensación de terror en vastas poblaciones, y de seducción entre adherentes, puesto que muestran que ISIS tiene capacidad de combatir en múltiples frentes al mismo tiempo, a pesar de sus muchos enemigos, y a pesar de los bombardeos de la coalición liderada por Estados Unidos . Sin embargo, un análisis cuidadoso de los sucesos recientes refleja que al implementar su estrategia de combate en múltiples frentes, ISIS ha decidido correr riesgos importantes en aras de seguir obteniendo lo que más le importa: el crecimiento de su nombre, de su atractivo y de su poder no-material. No obstante, bien entendidos, estos riesgos podrían representar también su mayor vulnerabilidad. Me explico.

La esencia de ISIS está en su nombre: el "Estado" Islámico. Esta organización no quiere ser conocida como un grupo terrorista o una milicia rebelde, sino como un "estado" que ya existe, que domina territorio y se expande. En lo fundamental, ISIS coincide con Al Qaeda, su organización madre en la meta última: el establecimiento de un califato global. Sin embargo, las estrategias de ambas difieren de fondo. Al Qaeda se concentra en perpetrar ataques terroristas; En cambio, a partir de la guerra civil siria, ISIS se avoca a la conquista de territorio para establecer de facto ese califato al que el jihadismo aspira.

Es por ello que cada vez que ese "estado" toma posiciones clave, reafirma su vocación expansiva, se proyecta como fuerte y con un poder de atracción entre el jihadismo internacional que Al Qaeda no está logrando alcanzar. Cada vez que ISIS conquista, demuestra que ellos no prometen, sino que cumplen. Sin embargo, ese es también su talón de Aquiles: Cuando ISIS pierde batallas, territorio o ciudades que había conquistado como Tikrit, o es contenido como en Kobani contra los kurdos, su sex appeal disminuye pues se demuestra que ese "estado" es vulnerable, que no necesariamente está en expansión, y que podría perder el territorio conquistado. Esto último es lo que denota la importancia estratégica para ISIS de mantener la iniciativa de la guerra, y a la vez muestra su habilidad en controlar la narrativa -a través del terror- orientando la agenda hacia sus victorias y evitando que los medios enfoquen sus derrotas. Por ejemplo, exactamente los días en los que ISIS perdía de manera definitiva la batalla de Kobani contra los kurdos, el grupo islámico viralizaba el horrífico video del piloto jordano ardiendo en fuego. Los medios, por supuesto, hablaban de ese video; lo de Kobani mereció algunas líneas, si acaso.

La realidad que subyace a esta conducta es que ISIS no tiene capacidades infinitas para luchar en múltiples frentes, al mismo tiempo y contra múltiples enemigos sin pagar costos elevados. Para lograr sus objetivos inmediatos, la organización ha estado dispuesta a sacrificar combatientes por millares y por consiguiente, le es urgente seguirse manteniendo como una idea seductora y continuar atrayendo militantes de diversos países del mundo. Pero los análisis muestran que al desplazar a sus combatientes de un lado al otro, a veces descuida o deja vulnerables ciertas localidades que estaban bajo su control. A pesar de esos riesgos, en estas últimas semanas la estrategia les ha funcionado notablemente y es altamente probable que ISIS sacará enorme provecho de ello en lo que mejor sabe hacer: su destreza en la comunicación y su manejo de la agenda mediática.

Entender los conceptos anteriores, sin embargo, podría aportar algunas claves para combatir a este grupo de manera mucho más efectiva. La primera obviamente está en el terreno militar, y a veces se aprovecha con relativo éxito. Consiste en simplemente sacar partido de los huecos que ISIS va dejando para arrebatarle el control de espacios, refinerías y localidades varias.

La segunda, aunque no sea tan evidente, es mucho más importante, y consiste en contrarrestar su narrativa, lo que no se hace con suficiente eficacia. Como dije arriba, a pesar de sus victorias, el "Estado" islámico -que no es ningún estado- no es invencible. Ello ha estrechado al límite máximo sus recursos humanos y materiales, los cuales no son inagotables. Hay que poner ese tema en la agenda. Por ejemplo, estos mismos días, así como se habla de los importante triunfos de ISIS, habría que balancear el análisis y destacar el hecho de que si ese grupo consiguió tomar Ramadi, ello fue en buena medida gracias a que Irak impidió a las milicias chiítas combatir en esa ciudad mayormente sunita, pero que en la contraofensiva que iniciará pronto, las milicias chiítas sí van a participar. Habría que señalar que donde estas milicias sí participaron esta misma semana, las fuerzas del gobierno iraquí lograron recuperar del "Estado Islámico" la sección occidental de Benji en la provincia de Salahuddin, liberando a 300 soldados que habían quedado atrapados en una refinería. Habría que agregar que ISIS tuvo que sacar combatientes de Aleppo, Siria, y eso le costó perder el control sobre ciertas zonas que ahora están bajo el dominio de otras milicias. Esas no son noticias de paz, ojalá lo fueran, pero también son noticias. Una estrategia de comunicación mejor diseñada para vulnerar el poder de seducción de la organización islámica tendría que informar de las muchas debilidades que ésta ha mostrado tener a lo largo de los últimos meses. El no hacerlo, y caer en la trampa de solo hacer eco de las victorias y las fortalezas de ISIS, contribuye de manera indirecta a dos factores: (1) su capacidad de aterrorizar poblaciones enteras, y (2) la capacidad de esta organización para venderse ante esos combatientes que tanto necesita, y para ofertarse por todo el mundo como franquicia, produciendo la impresión de que esas franquicias -células jihadistas preexistentes a ISIS- representan la expansión material de ese grupo terrorista, cuando no es así.

La lucha más importante de ISIS está en el campo de las ideas. Su guerra material -y las consecuentes lamentables tragedias humanas que ella conlleva- es solo instrumental para ganar la otra, la que se ubica en la psique colectiva. Esa es en la que el "Estado Islámico" a veces parece triunfar con fuerza. Ya lo he dicho mucho, pero es necesario insistir.

Analista internacional.
@maurimm

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