Sinaloa es un estado complejo que atraviesa una gran crisis económica, política, social, de gobernabilidad y violencia. En lo económico su PIB depende fuertemente de los sectores primarios y terciarios, teniendo una debilidad en el sector industrial.

Urge una visión de desarrollo de largo plazo que impulse una diversificación económica del estado, con un plan a 25 años, que hoy por hoy no existe.

Actualmente, en Sinaloa el bono demográfico no está siendo aprovechado, sino que al no existir inversión productiva no se están generando los empleos necesarios que la juventud demanda.

La falta de empleo y oportunidades provoca en el Estado una profunda desigualdad y pobreza. Los servicios de salud y educación no han contribuido a cerrar la brecha de desigualdad.

En lo político, tenemos un gobierno que se diseñó con un modelo transexenal de camarilla mafiosa en el poder, que si bien se pelearon entre ellos en 2010, el gobierno “malovista” fue sólo “quítate tú para ponerme yo” pero no representó ningún cambio favorable para los sinaloenses.

Hoy el gobierno estatal está sobreendeudado, tiene un desorden administrativo, no paga a sus proveedores, el gobernador ensimismado ha dejado el poder en manos de su secretario de gobierno para el dedicarse a disfrutar frívolamente.

Los compromisos del gobierno estatal con el crimen organizado son más fuertes que nunca, aunque con mucha mayor discreción que con el gobierno de Jesús Aguilar.

Los policías son los principales delincuentes que se dedican a la extorsión y el robo de autos esta desatado. Los asesinatos, la impunidad y el abuso de poder son la divisa de este gobierno. Aquella declaración del gobernador en su toma de posesión, cuando dijo que su gobierno no sería una fábrica de ricos nuevos ha resultado letra muerta. Si algo distingue a esta administración estatal es la corrupción.

El “malovista” es un gobierno al garete, a la deriva, sin timón ni timonel.

Así están las cosas cuando entramos ya al proceso de la sucesión gubernamental para el año 2016.

La oposición, el PAN, está totalmente controlado por el malovismo, millanismo y los panistas están orgullosos de ello; incluso el calderonismo en lugar de apoyar a su amigo Heriberto Félix, apoya a los delfines de Juan Millán.

La izquierda dividida, con un PRD de presencia marginal en el estado, y Morena con una participación electoral incipiente pero creciente.

Hay a su vez una fuerza política local que encabeza el ex rector de la UAS que ha crecido rápidamente; tiene mucho trabajo comunitario, pero ha tocado techo porque representa más de lo mismo.

En el PAN brillan como precandidatos Alejandro Higuera, Martín Heredia, el senador Salvador López Brito, y el alfil millanista Roberto Cruz. Ninguno con posibilidades reales de competir, salvo Higuera.

Heriberto Félix Guerra analiza la posibilidad de volver a contender en 2016, después de haber “dejado los pelos en el portillo” en 2004, pero ahora considera que el PAN esta cooptado y está revisando la vía independiente.

La oposición al PRI, si no se unifica en un solo frente, se canibalizara fortaleciendo a cualquiera que sea el candidato del PRI.

En el PRI, actualmente, han manifestado su intención de participar como precandidatos a la gubernartura, los senadores Aarón Irízar, Daniel Amador y Diva Gastelúm; el diputado federal David López, el limitado alcalde de Sergio Torres, Heriberto Galindo, el insaciable Oscar Lara y el malovista gangsteril Gerardo Vargas. El gestor con cercanas relaciones con Raúl Salinas, Alfredo Villegas, más el que se sume esta semana.

Jesús Vizcarra ha negado aspirar, y a pesar de su compadre, mantiene el liderazgo en las encuestas.

Sinaloa pide a gritos buenos gobernantes, pero sobre todo gente que no le haga más daño. Porque los últimos tres gobernadores le han hecho tremendo daño al estado (Millán, Aguilar y López).

Diputado federal independiente

@ClouthierManuel

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