En menos de una semana, tres situaciones han aclarado el panorama para los mexicanos. De cara a los procesos electorales de este año -y sobretodo el presidencial del próximo- todo apunta a que la ciudadanía está tomando la determinación de recuperar el gobierno para la sociedad y para bien de la nación, rechazando proyectos mesiánicos, camarillas e intereses frívolos de grupo.

De entrada, el pasado 28 de marzo Peña Nieto sin empacho confirmó que él gobierna desde su particular forma de ver la realidad, y no la del promedio de los mexicanos ni del 90 por ciento que reprueban su trabajo como Presidente de la República. Opta pues, por una forma corta de ver la realidad, al modo que nos tiene acostumbrados, y que ha sido más que evidenciado en los refriteados textos de su tesis de licenciatura, su nivel de lectura que refuerza a la baja el promedio de los mexicanos, y sus inexistentes referencias bibliográficas.

“… la crisis está sólo en la mente de quienes dicen qué hay crisis. México va bien y está creciendo”, una frase más para el compendio que valdrá la pena que recordemos los mexicanos, sobre todo en tiempos de elegir a quienes nos representan y gobiernan.

Si, esta desafortunada frase se suma a otras que el Presidente Peña Nieto nos ha dedicado a los mexicanos. Una de ellas, a dos meses de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, cuando nos llamó a superar ese doloroso trance, y al son de la modernidad se convirtió en el agresivo hashtag “#YaSupérenlo”.

Otras más, el desatinadísimo spot presidencial de “ya chale con lo mismo”, aquella dizque sintiendo en carne propia nuestra irritación, “la entiendo perfectamente, por eso, con toda humildad, les pido perdón” en julio del 2016 a medio escándalo de la Casa Blanca adquirida por su esposa a una favorecida contratista de obra pública, aquel “Les reitero mi sincera y profunda disculpa por el agravio y la indignación que les causé", en el que nadie creyó, y la aniquilante aseveración de que “la corrupción en nuestro país es una cuestión de cultura”.

Ahora resulta que no hay crisis en México y que eso solo existe en la mente de quienes lo piensan.  ¿Será la evidencia de que Peña y muchos de sus colaboradores, de plano, han perdido la realidad y urge que se vayan del gobierno?

Así las cosas mientras arrancan las campañas electorales por el gobierno del Estado de México. El PRI con el primo de Peña Nieto, Alfredo del Mazo Maza. Una candidatura prácticamente heredada palaciegamente por el grupo Atlacomulco, sí, ese mismo que ha llevado a la entidad a ser la de mayor corrupción y mayor inseguridad del país.

Al lado, la maestra Delfina Gómez Álvarez, del Morena que suena más a PRIeta. Trabajó casi 20 años en el sector educativo del Estado de México y emerge como la opción Lópezobradorista, cayendo en blandito con la estrategia generadora de simpatías a su proyecto populista, que acarrea personas comunes a cargos de responsabilidad pública.

La maestra Gómez merece todo el respeto por sus convicciones y vocación magisterial, sin embargo, a todas luces, es solamente una pieza más de López Obrador, no una mexiquense con proyecto mexiquense.

En contraste, vemos a una Josefina Vázquez Mota renovada, con trayectoria y temple dotados de experiencia en los sectores empresarial y público, como titular de las secretarías de Educación y de Desarrollo Social del Gobierno Federal, diputada federal y candidata a la Presidencia de la República. A Josefina se le ve con mayor claridad, fuerza y seguridad que nunca, lista para hacer historia y encabezar uno de los proyectos políticos más trascendentes de las últimas décadas, arrebatar al grupo Atlacomulco el Gobierno del Estado de México.

Sí, lograr quitar de una vez por todas a esos que controlan desde hace más de 90 años ese estado, y se sienten sus propietarios. Sí, esos mismos que actualmente controlan la Presidencia de la República, bastante mal por cierto.
Frente a sus contendientes Josefina es la mejor opción, porque representa y abandera el ánimo de cambio entre los mexiquenses, y eso quedó demostrado en el debate de ayer en un noticiero náutico de televisión.

Para cerrar, a pedir de boca la encuesta dada a conocer hace unos días que coloca a Margarita Zavala con la mayor preferencia electoral entre los mexicanos, para ser la próxima Presidenta de México. Por encima de López Obrador y de los candidatos del PRI y PRD, quienes a pesar de sus legítimas aspiraciones no representan lo que queremos los mexicanos.

Los mexicanos queremos gobernantes con un sentir genuino de las necesidades de la población, con verdadera y probada honestidad, y que tomen en cuenta a todos para lograr la ciudadanización del funcionamiento gubernamental. Eso que solo el proyecto de Margarita Zavala representa.

En una semana tres hechos, frases que se alinean para la memoria y evidencian el total deterioro de la capacidad para gobernar del Presidente de la República y su grupo, la fortaleza de Josefina Vázquez Mota en el arranque de su campaña y ante sus contendientes, y la confirmación de que para los mexicanos Margarita Zavala es una sólida opción para reorientar el rumbo del país.

Enhorabuena, en nuestro país ya está instalado el ánimo ciudadano de remover a quienes han vuelto y siguen mal gobernando la República y el Estado de México.

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