Y es que eso parece estar pasando una vez más en las cúpulas del poder mexicano; aunque a decir verdad, no tengo la certeza qué sea peor si la posible corrupción nuevamente señalada, o bien, la falta de tacto y oportunidad política para atender los asuntos de estado que no sólo empañan el actuar presidencial, sino que resaltan de nueva cuenta la torpeza e ineficiencia al menos mediática, para solventar bomberazos de ese calibre.

Dijeran por ahí, Peña Nieto anda nomás echándole chilito cada vez que tiene oportunidad, a la herida, al menos eso parece. Lamentable que ya casi en la recta final, nuestro máximo líder salga con esas salidas de pie de banco, estando la situación tan delicada, ¡vaya! como en pocas y las más preocupantes ocasiones en toda la historia de nuestro México.

Que no se confíen el Presidente y compañía en que el pueblo aguanta o no se da cuenta o no le interesa. El México bravo se puede estar gestando en cualquier rincón del territorio y puede brotar en cualquier momento. Que no crean que está exagerando la embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson cuando reconoce que la corrupción "es un lastre que socava el progreso de cualquier sociedad".

Porque ya es un hecho que la ya están oficialmente aprobadas las siete leyes que conforman el nuevo Sistema Anticorrupción y que quizá eso sea lo único que el pueblo esperaba, para tener los pelos de la burra en la mano.

Ayer, la embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, aseguró que los mexicanos tienen opiniones divididas sobre muchos temas, pero que en el de la corrupción coinciden y exclamó que "las Águilas o las Chivas, las tortillas de maíz o las de harina, el Santo o el Blue Demon, Luis Miguel o Alejandro Fernández, senadores o diputados. Pero hay un tema en el que todos están de acuerdo: ¡ya basta de corrupción!”, durante un diálogo con senadores en el marco del Sistema Nacional Anticorrupción.

No sé cómo más pueda defenderse o en su caso, justificarse el asunto ventilado ayer y que involucra de nueva cuenta, a la esposa de Peña.

Hoy el tiempo de hablar de que la corrupción es un elemento de la entraña y la cultura del mexicano, está rebasado; hoy ya este PRI Gobierno, puede entender de una vez por todas que los mexicanos no están dispuestos a seguir soportando el cinismo de las justificaciones fáciles. Corrupción es corrupción, impunidad siempre será impunidad y el priismo, está claro, nunca dejará de ser lo mismo, pero en algunas ocasiones con mayor cinismo.

En esta ocasión lo que creo firmemente es que sea o no otra más de corrupción e impunidad que ha etiquetado en varias ocasiones ya al gobierno peñista, el pueblo ya está en el hartazgo total de tanta burla, desfachatez y cinismo, y al 2018, por lo pronto ya no tendrán con qué, y esto por decisión unánime de la ciudadanía.

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