Desde varios frentes, México es el país ideal para desarrollar obesidad. La comida rápida es más barata que carnes, frutas y verduras, mientras en comunidades aisladas del país es más fácil tomar refresco que agua. Si encima se añade que la raza hispana es más propensa a desarrollar diabetes que las demás, no sorprende que nuestra nación sea campeona mundial en este padecimiento, sólo por debajo de algunos pequeños países caribeños y africanos.

Las enfermedades del corazón acaban con la vida de 113 mil 240 mexicanos al año y 50% de esas personas tenía obesidad. En cuanto a la diabetes, la cual mata a 87 mil 245 mexicanos anualmente, 80% de esas personas padecía también obesidad. Es claro cuál es el origen del problema: los malos hábitos cotidianos.

México es el consumidor número uno de refresco en todo el mundo, 40% más que el segundo lugar, Estados Unidos. Entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, es la nación con más horas laborales: supera las 10 en promedio al día. Además, es el país en que los niños ven más televisión, con un promedio de cuatro horas y media diariamente. Más de la mitad de la población no hace ejercicio, 56.4%.

La decisión de hacer obligatorios los bebederos —aun pendiente de concretarse— en las escuelas a nivel básico, limitar las raciones de comida chatarra en colegios y el impuesto a bebidas azucaradas fueron medidas tomadas al menos desde 2010; sin embargo, en la clasificación de 2015 del Banco Mundial, México continúa apareciendo muy por encima del resto.

La organización internacional advierte que si las medidas preventivas no se refuerzan y mantienen en el mediano plazo, la diabetes desbordará al sistema de salud y hará que el Estado sea incapaz de atender a millones de personas de bajos recursos con este padecimiento.

Por el contrario, si las medidas adoptadas permanecen (no sólo en el papel, sino en su aplicación), la Federación Internacional contra la Diabetes estima que más de 70% de los pacientes con diabetes tipo 2 podrían prevenirse para 2035.

Es muy pronto para medir el éxito o fracaso de las acciones tomadas por México, lo seguro es que no hay otro camino. La prevención es la única vía posible, la menos lesiva para las familias y también la única que un país puede sostener económicamente en el largo plazo.

Se puso límites a la comida chatarra, ¿se está haciendo lo suficiente también para garantizar el abasto de agua y comida saludable en todas las regiones del país? Una medida restrictiva sólo tendrá impacto si la población tiene opciones en la mesa.

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