Mientras en Estados Unidos avanza poco a poco la legalización del uso de mariguana, con fines medicinales y recreativos, en México la eventual legalización de la droga no se vislumbra, ni siquiera un intento de las autoridades para discutir el tema; el enfoque que impera es el de la prohibición.

EL UNIVERSAL publica hoy una nota sobre el auge del consumo de mariguana que se vive en Estados Unidos. Aunque actualmente el uso recreativo sólo es legal en la capital estadounidense y en cuatro estados (Colorado, Alaska, Arizona y Washington), para 2016 se prevé que se sumen varios más cuando nueve —California entre ellos— sometan a votación la legalización de la mariguana.

De ampliarse el uso recreativo en 2016 —el vicegobernador de California lo da como un hecho— la brecha entre ambos países se ahondaría: la permisividad en un lado de la frontera y la prohibición en otro. Dos realidades que polarizan opiniones en ambas naciones.

Por un lado están los que piden que se comience a atender el problema de manera preventiva, en lugar de punitiva, y por el otro se encuentran los que advierten que permitir el uso normal de la mariguana —como se tolera el alcohol y el tabaco— representa un paso para que los consumidores de la cannabis escalen hacia drogas más dañinas.

En los cuatro estados donde ya es legal el consumo recreativo de la mariguana hay puntos positivos que empiezan a valorarse: 1. debido a la regulación de la venta ya hay recaudación de impuestos, 2. el crimen ha disminuido, pues la competencia por la venta se da de manera legal, y 3. se ha registrado un ahorro significativo en la asignación de recursos a las corporaciones policiacas.

De la yerba que se vende en Estados Unidos se estima que 40 por ciento proviene de México. El mismo producto es allá legal, mientras aquí es considerado ilegal, y con frecuencia deja tras de sí una estela de violencia.

El mundo está atento al proceso que se presenta en Uruguay, país que modificó sus leyes para que el Estado tuviera el control de la producción y la compra-venta de mariguana. El cultivo en viviendas y clubes de fumadores está autorizado, pero la adquisición en farmacias se ha retrasado. El mecanismo está en su fase final.

Sumado al caso uruguayo, está el dato de que en Europa la mariguana es la droga más consumida, pero no domina la prohibición. En el mundo aún no hay acuerdo si lo conveniente es regulación o la erradicación y castigo al tráfico de la droga. Son dos enfoques distintos que conviven, pero cada vez está más cerca la hora de conocer cuál puede dar más beneficio a nuestras sociedades.

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