En medio de la noticia sobre la nueva fuga de El Chapo Guzmán, temas relacionados con la salud podrían parecer menos importantes. Sin embargo, el trabajo que hoy presenta en estas páginas este diario es para prender alarmas: desde varios frentes, México es el país ideal para desarrollar obesidad.

No es sólo un tema de estética. Las enfermedades del corazón acaban con la vida de 113 mil 240 mexicanos al año; 50% de esas personas padecía obesidad. La segunda causa de muerte en el país es por diabetes, la cual mata a 87 mil 245 mexicanos anualmente; 80% padecía obesidad.

En México es más accesible un alimento con efecto obesogénico que uno saludable. La comida rápida es más barata, en tanto que carnes, frutas y verduras aumentan de precio. Ser delgado y sano es cada vez más costoso. La decisión de hacer obligatorios los bebederos en las escuelas a nivel básico se debe a que en muchas comunidades, por increíble que parezca, es más fácil tomar refresco que agua.

Las condiciones son favorables para la obesidad en varios sectores, eso es lo más preocupante. México es el consumidor número uno de refresco en todo el mundo, 40% más que el segundo lugar, Estados Unidos. Entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, es la nación con más horas laborales, supera las 10 en promedio al día. Además, es el país en que los niños ven más televisión, con un promedio de cuatro horas y media diariamente. Más de la mitad de la población no hace ejercicio, 56.4%.

Hasta ahora se han tomado medidas como aumentar el impuesto a las bebidas azucaradas, limitar las raciones de comida chatarra en las escuelas y realizar campañas en medios de comunicación. Quizá es muy pronto para medir el éxito o fracaso de dichas acciones; lo seguro es que no hay tampoco elementos para confiar en que lo hecho es suficiente.

El Estado tendría que ser el más interesado en profundizar la estrategia. Por supuesto, para mejorar la salud de los mexicanos, pero también porque la obesidad es causa de enfermedades crónicas que para el sector salud son más costosas de atender.

Si se mantiene la tendencia de las últimas décadas, para mediados de siglo el país tendrá a una población envejecida y colmada de enfermedades cuya demanda en el sistema de salud pública no podrá ser costeada por los jóvenes trabajadores en activo. El sistema de pensiones ya está hoy en números rojos.

La prevención es el único camino posible, el menos lesivo para las familias y también el único que México puede pagar. Las acciones realizadas hasta ahora deberían contribuir, pero otros aspectos como el encarecimiento de los alimentos sanos sigue sin ser atendido. El tiempo apremia.

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