Para nadie es un secreto que la renuncia de Luis Videgaray a la Secretaría de Hacienda tuvo como objetivo restarle críticas a la figura Presidencial por la visita de Trump. De hecho, cuando "medio mundo" a través de las redes sociales, conocidos o no, líderes de opinión o no, linchaban a Enrique Peña, la misma Federación filtró a medios que el artífice de dicho exabrupto había sido el ideólogo de la Reforma Económica.

Fue el propio Videgaray, quien al ver que a su amigo lo estaban tundiendo sin piedad, decide confesar a los mexicanos que la culpa era suya, y así, disminuirle, aunque sea  unos grados, el calor del infierno que vivía el Presidente Peña por invitar al candidato republicano, así como lo que derivó de ello.

No tengo duda que los tres hombres más inteligentes que tiene el Presidente a su lado son Miguel Osorio Chong, Luis Videgaray y José Antonio Meade. Antes de los cambios ocurridos ayer, los dos primeros, seguidos de cerca por el ahora nuevo titular de Hacienda, eran los más aventajados hacia la candidatura del PRI para el 2018, hoy, la configuración cambió.

Como si fuera un juego de ajedrez, donde se sacrifican las piezas necesarias con tal de mantener al rey en pie, cayó Videgaray, uno de los alfiles del Presidente. Siempre ha sido considerado, junto con Osorio Chong, como los dos hombres más cercanos a Peña Nieto, aunque todos sabemos que el hoy ex Secretario de Hacienda era "el hombre fuerte", y quizá lo siga siendo, aunque quede fuera de la sucesión.

El futuro de Luis Videgaray podría estar en el Estado de México, investido en la candidatura para Gobernador, o bien, como el principal operador político en esa elección, la más importante del 2017 para el PRI. De hecho, la llegada de Enrique Ochoa Reza a la dirigencia nacional del tricolor, fue un movimiento orquestado por Aurelio Nuño, y quien fuera el Coordinador de la Campaña Presidencial de Peña Nieto, en el 2012.

Los acomodos para el 2018, dado las señales políticas que dejan los cambios en el gabinete, ubican a Miguel Ángel Osorio Chong y José Antonio Meade, en ese orden, como punteros por la candidatura presidencial. El simple hecho de que el Secretario de Gobernación estuviera a un lado de Peña durante el evento de los cambios, es una clara señal política: el hidalguense lleva delantera.

Colocar a Osorio en la Secretaría de Desarrollo Social habría significado que la decisión estaba tomada, que era suya la candidatura, y con ello, exponerlo a un peor desgaste que en la mismísima titularidad de Gobernación, pues azules, amarillos y morenos, ya sabrían a quién darle.

Los acelerados en Veracruz…

Y bueno, para los políticos veracruzanos que ya especulan respecto a quién queda mejor posicionado por el PRI rumbo a la próxima gubernatura, posterior a los movimientos en el gabinete, ojalá comprendan que en la mente del CEN, en este momento, sólo existe la elección intermedia, no hay más; cuando se defina al candidato presidencial, hasta entonces, se tomará una decisión; de tal manera que nada para nadie, dígase lo que se diga, insistan lo que insistan.

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