Si por algo se recordará este proceso electoral será por la inusitada cifra de homicidios que se presentó desde el inicio de las precampañas, sobre todo contra los aspirantes locales, ya sea para alcalde, regidor o diputados locales.

Desde el 8 de septiembre de 2017, que inició el proceso electoral, hasta el pasado 27 de junio, en que terminaron las campañas, 137 políticos fueron asesinados, de los cuales 48 eran candidatos a diferentes puestos en al menos 26 estados, siendo Guerrero la entidad con más cantidad de aspirantes privados de la vida con 14 casos, seguida de Michoacán, Oaxaca y Puebla.

En los comicios federales de 2011-2012, se disputaron mil 967 cargos, incluidas 7 gubernaturas, 565 diputaciones y 766 alcaldías, y se presentaron nueve homicidios contra políticos, uno de ellos candidato a un puesto de elección.

La consultoría Etellekt, especializada en riesgos políticos, advirtió que los ataques contra políticos se intensificaron las últimas dos semanas del proceso electoral, principalmente en entidades del litoral del Pacífico, que concentran 68 de los 137 homicidios de políticos.

Este clima de inseguridad obligó a los abanderados a solicitar protección o tomar medidas preventivas en sus actos de campaña. Una semana antes de concluir las campañas, al menos 215 candidatos a diferentes puestos de elección realizaron sus giras y cierres con escoltas, protocolos de comunicación o acompañamiento de policías en al menos 16 estados del país.

Esta cifra es independiente a los 12 candidatos que cuidó la Policía Federal, según lo informado por el comisionado Nacional de Seguridad de la Secretaría de Gobernación (Segob), Renato Sales.

Para Rubén Salazar, director de la consultoría Etellekt, la violencia contra los candidatos a alcaldías podría explicarse a partir de la naturaleza misma del proceso electoral, donde por primera vez concurren las elecciones presidenciales, el cambio de ocho gubernaturas y la renovación de mil 596 alcaldías.

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