El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) trabaja en la mutilación del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Verá usted, el jueves pasado se filtró un documento con algunos de los cambios que se proponen en lo que desde el Conacyt ha sido llamado como “refundación”. Uno de los cambios es que ahora el SNI ya sólo distinguirá cuatro niveles: 1, 2, 3 y Emérito, es decir, desaparecerá la figura de “Candidato”, lo que implica dejar de pagar estímulos a investigadores que buscan aumentar de nivel. También se propone que el apoyo sea otorgado únicamente a quienes no reciben remuneraciones adicionales a su sueldo, pese a que más de uno ha demostrado que los apoyos son utilizados para insumos de sus investigaciones. La incertidumbre en la ciencia va en aumento, nos recuerdan que el 22 de enero, María Elena Álvarez-Buylla dijo en Twitter que habría una refundación del SNI “para cambiarlo de un sistema individualista, meritocrático y competitivo a un sistema que realmente estimule el trabajo colaborativo y el trabajo científico de muy alto rigor”. Hasta hoy esa es toda la información oficial, todo lo demás se lleva a cabo en lo oscurito, sin consultarlo con los más de 30 mil integrantes del SNI. Los resultados de estas acciones se verán próximamente con el aumento de fuga de cerebros del país, pero claro, con la 4T y María Elena Álvarez-Buylla lo que predomina es la ideología y no el avance científico.
Han pasado casi dos semanas desde que 12 agrupaciones empresariales de la industria del libro dirigieron al presidente Andrés Manuel López Obrador una Carta Abierta donde solicitan que establezca que las librerías sean consideradas esenciales, y la respuesta ha sido el silencio absoluto, a pesar de una intensa campaña en los medios y en las redes sociales a las que se han sumado otras agrupaciones y editoriales como Penguin Random House, CEMPRO y la Asociación Mexicana de Envase y Embalaje. Al menos, nos cuentan, el paso a semáforo naranja en la Ciudad de México y en el Estado de México con el llamado “Reactivar sin arriesgar” propició que las librerías a partir de esta semana reabran con un aforo del 20%. Así lo harán, entre otras, las del FCE y Educal, que por cierto anuncia la reapertura de espacios en la zona metropolitana. Lo curioso es que no hace ninguna mención a que “las librerías son esenciales” como señala la Carta Abierta dirigida al mandatario, ni agregan el hashtag #LibreríasSiempreAbiertas; sólo esperan a los lectores “con los libros abiertos”.