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Durante la conversación, Gilberto Aceves Navarro (Ciudad de México en 1931) habla de mitos; hace seis meses eligió el de los olmecas para pintar más de 200 cuadros, “de muy distintos tamaños”, cuenta su hijo Juan. Esos cuadros ahora integran las dos exposiciones que está por inaugurar en el Seminario de Cultura Mexicana, este sábado 21 de abril, y en la galería Lourdes Sosa, el martes 24 de este mes.

Hace una década que el pintor abstracto, quien fue maestro de diversas generaciones de artistas en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM y que incluso participó con David Alfaro Siqueiros en la realización de los murales de la Rectoría, no exhibía sus trabajos.

Con curaduría de Arnaldo Coen —artista y miembro del Seminario—, las dos exposiciones están llenas de color y abstracción, y tuvieron los ejercicios previos que siempre han sido parte del proceso creativo del artista, sólo que esta vez no fueron dibujos sino que se ejercitó con acuarelas.

Las pinturas partieron, como siempre, relata el artista en su estudio, de una historia.

Esta vez intentó contar la historia de cómo eran los olmecas. Entonces, sin copiar las cabezas reales, sin leer acerca de ellos para que esas ideas no condicionaran su mirada, los inventó en su lenguaje plástico, los dejó con un solo ojo, les restó simetría —de por sí “las cabezas olmecas reales no son simétricas”— y se propuso exaltarlas.

Ahora que acabó, decidió leer sobre esa cultura: “Los olmecas reales... hubiera sido maravilloso conocerlos. Se descubrieron entre finales del siglo XIX y hasta los años 70, cuando se encontró la última cabeza. Eran de tres metros, por tres, por tres. No había rocas tan grandes en Tuxtla ¿cómo las llevaron? ¡Quién sabe! Eran un pueblo de antes de la Edad de los Metales”.

Llegar a la representación de ellos, describe el artista, fue, como en muchas otras series, algo accidental. Estaba trabajando su serie de insectos y un libro lo llevó a mirar hacia esa cultura.

Así es como nació la exposición Cabezas olmecas, caricia y materia, que en el Seminario de Cultura Mexicana reunirá 50 piezas en técnicas como óleo y grabado, todas basadas en una interpretación personal de las cabezas olmecas.

Aunque se encuentra delicado de salud y debe usar oxígeno porque el uso por años de la técnica de encáustica lo afectó de los pulmones, Aceves Navarro no deja de pintar.

Ahora planea regresar a las series que estaba haciendo, la de los insectos y la de la calle Génova, donde rinde homenaje a la vida de la Zona Rosa. “Caminaba por la Zona Rosa y me encontré en esa calle con un río de gente que venía del Metro. Me impresionó y me puse a pintar la calle de Génova”.

A Aceves Navarro le gusta caminar la ciudad, pero más le gusta “pintar, pintar, pintar. Soy feliz al tener la capacidad de hacer algo nuevo, que me aliente a pintar, la maravilla está en que algo me conmueva”.

Y cuando se le pregunta si tiene una nueva idea para pintar, si hay otro mito, sólo responde: “Sí, Gilberto Aceves Navarro”.

La exposición Cabezas olmecas en la Galería Lourdes Sosa busca establecer una propuesta de diálogo entre espacios expositivos.

El Seminario de Cultura Mexicana se ubica en Av. Mazarik 526, Polanco, y la muestra abre a las 12:30 horas. La galería Lourdes Sosa se encuentra en Enrique Ibsen 33, Polanco; la apertura de esta muestra es el martes a las 19 horas.

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