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En 2010 la prensa internacional informó acerca de un caso de incesto: un joven de 26 años buscó a su abuela, se enamoró de ella, se casaron y planeaban tener un hijo a través de una madre de alquiler. La noticia llamó la atención del dramaturgo mexicano Edgar Chías porque la historia le recordó, en buena medida, a una tragedia griega en donde hay acciones y accidentes familiares con repercusiones sociales y políticas.

El caso, dice Chías en entrevista, fue el detonante para escribir una obra que no sólo abordara una historia particular y escandalosa, sino crear una obra de teatro que le permitiera hablar de los problemas sociales del país.

Así nació La semilla, que relata la historia de Olinda, una mujer que regresa a casa tras cursar sus estudios en el extranjero. Después de años de ausencia, ella tendrá que enfrentarse a su pasado mientras, además, se prepara para el nacimiento de su hija, Olinka.

“Quise contar la historia de ese hijo que en 2010 todavía no había nacido, su problema, en principio, sería entender su origen. En la historia que cuento, la hija de esa pareja es alejada de la familia para preservarla de los problemas que podría enfrentar por la relación de sus padres. Con el tiempo, la hija busca su origen. Mi intención es que se debatiera entre la oscuridad y el futuro. ¿Nuestro origen determina nuestro destino? Quería que ella se preguntara si tenía que ser arrastrada por la desgracia de su pasado?”, explica Chías.

Así, Olinda se niega a ser parte de su pasado y busca alternativas de vida más luminosas. “La intención fue hacer una metáfora de lo que en verdad sucede. Estamos heredando a nuestros jóvenes una realidad desastrosa y supongo que varios de ellos se preguntan si tienen que aceptar su realidad o si es posible pensar en otro destino”, indica.

El actor y dramaturgo advierte que su teatro ha retratado con crudeza la realidad del país. Con La semilla busca brindar una mirada más esperanzadora.

“Nací en el corazón de la colonia Morelos, un barrio muy bravo. Conforme fui creciendo me di cuenta de que tenía dos opciones: irme o ser reclutado por los que se dedicaban a la delincuencia o ser parte del comercio informal. Me desesperaba saber que ese era el único destino de mi generación. En 1985, con el temblor, se cayó mi casa y mi familia fue reubicada. Creo que fue útil que el entorno haya cambiado para nosotros”, dice.

La puesta en escena dirigida por Gabriela Ochoa surge de la colaboración entre las compañías Teatro en la Margen y Conejillos de Indias. El elenco de La semilla está conformado por Surya MacGrégor, Sofía Sylwin, Mahalat Sánchez y Raúl Briones. El diseño de escenografía e iluminación corren a cargo de Jesús Hernández; el diseño de vestuario es de Mario Marín del Río.

Se presenta en el Teatro El Granero, Xavier Rojas del Centro Cultural del Bosque, durante agosto y hasta el 15 de octubre, con funciones jueves y viernes.

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