La decisión unánime de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) de ordenar un recuento total de los votos en todas las casillas de la elección de gobernador de Puebla del pasado 1 de julio, representa un precedente histórico para unos comicios en el país, en los que hasta ahora sólo se habían ordenado recuentos parciales. Y aunque en principio la sentencia le da la razón a la quejas del partido perdedor, Morena, no presupone necesariamente un principio de nulidad de esa elección.

Es decir que aunque el recuento de los 26 distritos electorales sí representa en primera instancia un triunfo que es histórico para un candidato, en este caso el morenista Miguel Barbosa y sus alegatos de posible fraude e irregularidades graves en la elección poblana, tampoco el que se abran la totalidad de los paquetes electorales y se vuelvan a contar todos los votos garantiza una modificación automática del resultado actual que benefició al PAN y a su candidata Martha Érika Alonso. La experiencia que hay en materia de recuentos de votos en las elecciones mexicanas de todos los niveles, arroja que en la gran mayoría de los casos en que se vuelven a contar los sufragios se termina confirmando el resultado original de los comicios.

No es casual que ayer, al conocerse la sentencia del Tribunal federal, la primera en reaccionar haya sido la actual gobernadora electa, quien en su cuenta de Twitter se dijo confiada en que “con el recuento de votos “se tendrá plena certeza del triunfo que obtuvimos para la gubernatura de Puebla”, decía Martha Érika mientras que, casi una hora después, el candidato de Morena, Miguel Barbosa, cuya impugnación dio pie al nuevo conteo voto por voto, aunque también celebró el recuento, dijo que él exige “que se resuelva la nulidad de la elección porque la cadena de custodia del material electoral y el principio de certeza de los comicios están rotos”, por lo que, independientemente de lo que surja del nuevo conteo, insistirá en su demanda de nulidad ante el TEPJF.

En espera de que ocurra el inédito recuento total de la elección, que comenzará el próximo lunes en las instalaciones de la Sala Superior en la calle de Virginia, en Coyoacán, y del resultado final que arroje, el primer impacto de la decisión del TEPJF es que pone en evidencia a los órganos electorales estatales en Puebla, tanto al Instituto Electoral del Estado como al Tribunal Estatal Electoral, cuya deficiente actuación en la revisión del conteo de votos en los Consejos Distritales, como en la sospechosa y lenta actuación de los magistrados locales, que recibieron las quejas de Morena desde el 8 de julio y tardaron 55 días en resolverlas, hasta el 3 de septiembre, poniendo en duda su imparcialidad, lo que según los 7 magistrados electorales federales “afectaron el principio básico de certeza en toda la elección”.

El fallo unánime e histórico de la Sala Superior, basado en la ponencia del magistrado José Luis Vargas, que ordena el recuento de las 7 mil 174 casillas de todos los distritos locales en Puebla, se basa en inconsistencias en las actas y en los recuentos ordenados en algunas casillas, y no estuvo exento de algunos jaloneos y diferencias políticas previas entre los magistrados del Tribunal. De hecho, el martes en sesión privada, se discutía cómo debía argumentarse la apertura de paquetes y el recuento de votos, pero hasta ese momento era sólo para 12 distritos electorales, y fue hasta la sesión de ayer cuando se optó por solicitar la revisión de los 26 distritos y de la totalidad de las casillas, luego de que se dieran presiones del grupo de la magistrada Janine Otálora para un fallo más favorable a Morena, en medio de las diferencias abiertas que la presidente del Tribunal sostiene con el magistrado José Luis Vargas.

En fin, veremos en qué termina el recuento de votos en Puebla, que se hará en presencia de los partidos políticos involucrados, y si hay elementos que modifiquen o no el resultado que ya declaró gobernadora electa a la panista Martha Érika Alonso, mientras el morenista Miguel Barbosa no quita el dedo del renglón en su demanda de nulidad de esos comicios.

NOTAS INDISCRETAS… El ex candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade, podría estar por “amarrar” al primer cliente de su nuevo despacho de consultoría en materia hacendaria y financiera. Se trata del gobernador electo de Veracruz, el morenista, Cuitláhuac García, quien estaría buscando asesoría especializada del ex secretario de Hacienda para el complicado manejo de las finanzas estatales. En Xalapa se menciona que Jesús López, quien trabajó con Vanessa Rubio en la Cancillería y a quien Meade mandó como embajador a Trinidad y Tobago, sería el enlace entre Meade y el futuro gobernador, ahora que López regresó a la capital veracruzana como miembro del Colegio de Veracruz. ¿Será que el consultor Meade se estrena con un gobernador de Morena?... Paran los dados. Tocó Escalera.

sgarciasoto@hotmail.com

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