La 4T y su gestión pública (I)

Si la corrupción es al sistema mexicano, como las desigualdades / pobrezas / violencias son a la política económica ortodoxa, la presidencia de Andrés Manuel López Obrador nos dice, terminemos con este proceso que lleva a las mayorías a recorrer -incluso desde antes del nacimiento-, la ruta de las desigualdades, les atraviesa por el desprecio / la humillación y el fracaso, y les garantiza orfandad social y de Estado, en suma, una muerte indigna .

Por su lado, el gran epidemiólogo británico Michael Marmot ha evidenciado la tendencia en diversas sociedades de que sucedan millones de muertes adicionales, por los efectos del desempleo masivo drástico, la desesperación y la humillación.

Estas dos compuertas evidencian la complejidad para desmontar sus procesos de dominación e intentan modificar la desesperación en la clase trabajadora y de segmentos sociales desprotegidos históricamente en nuestro país: a ellas y ellos les habla la 4T, son a quienes se les escucha, son los nuevos sujetos soberanos y se les crea condiciones para que compitan, luchen y no se rindan, a pesar de sus desventajas que se han buscado naturalizar y negar.

Todo ello cuestiona la visión, la ideología predominante, las reglas metódicas, organismos y normativas que funcionaron como sistemas de injusticias e inequidades, así como las formas de dominación de la potestad, instituciones y corrupción de élites que no resistieron la corrupción.

Por ello la ideología antineoliberal de la 4T debe mucho a las ideas, experiencia y vivencias que el Presidente ha experimentado a ras de suelo con la gente y sus condiciones precarias de vida y es ahí tal vez donde debemos comprender que no habrá vuelta atrás en la necesidad de potenciar desde comunidades más pobres entre los pobres y las que padecen vulnerabilidades sociales extremas.

Se autoengañan quienes ven en la popularidad del Presidente una matriz pasajera / emocional en su carismática conexión con la gente, por lo que se busca revertir el miedo y la resignación social ante la corrupción, impunidad, injusticias y pobrezas reinantes.

Por ello, la socialización de las premisas del cambio de régimen y al mismo tiempo, el desarrollo de un sistema de bienestar social integral real y auténtico, requiere de varios ciclos estratégico comunicacionales: cercanía entre Presidencia, ciudadanía y actores sociales, con vocación de respeto y diálogo público; rediseño democrático de políticas públicas y sociales. No debe limitarse a la opinión experta de políticas y resultados; conformación de un gabinete presidencial ético, con vocación de austeridad republicana.

La curva de aprendizaje de los nuevos cuadros directivos, con experiencia en regímenes anteriores, ahora se enfrenta con que los mandos intermedios pueden no responder a sus directrices. Debe renovarse la disciplina al interior de los equipos directivos, a efecto de que los proyectos y programas de la 4T no impliquen su anulación en los hechos por la ausencia de una burocracia funcional, la cual entienda el nuevo paradigma ideológico.

Es importante lograr ciclos virtuosos de articulación de liderazgos institucionales y profesionalización de mandos medios y titulares en las áreas, entidades y dependencias del gabinete presidencial, que habrán de saber tomar decisiones ejecutivas, delegar autoridad y establecer sistemas de corresponsabilidades: estar en sinergia con la conformación de sus propios equipos de trabajo, conocer la normatividad que les regula; de lo contrario, se fomentará la competencia, el recelo y la confrontación a su interior, la presencia de órganos sin liderazgos, el desarrollo de inercias y paralización de procesos, la ausencia de toma de decisiones con apego a las normas y necesidades encomendadas a las instituciones, los déficits de atención institucional-ciudadana y la ausencia de resultados que impacten estructuralmente a favor de la aplicación de proyectos y dinámicas de bienestar, justicia y desarrollo tangibles.

Para hablar de un sistema de gestión pública integral de la 4T ocuparemos el espacio de la próxima entrega.