Laura J. Ambrosio Jaramillo

El pasado 20 de marzo, el Observatorio Nacional Ciudadano Seguridad, Justicia y Legalidad (ONC), presentó el estudio Del dicho al hecho: la seguridad en voz de Peña Nieto. Lecciones de su sexenio. El documento está dividido en seis apartados: el lugar de la seguridad pública en los discursos de Enrique Peña Nieto (EPN); las Fuerzas Armadas en un contexto de constabularización; el fortalecimiento institucional; la prevención social del delito; los temas ausentes y el papel de la sociedad civil. A lo largo de este espacio se desarrollarán los hallazgos y lecciones aprendidas para esta administración en materia de fortalecimiento institucional, los puntos de análisis se resumen a continuación:

La Gendarmería Nacional se presentó como una estrategia de fortalecimiento institucional pero más bien buscaba ser una institución de naturaleza reactiva ante el problema de inseguridad que enfrentaba el país y teniendo una lógica independiente.

Discursivamente la Policía Federal fue la institución que discursivamente presentó un crecimiento de sus capacidades más homogéneo y estable a lo largo de esos seis años.

Las Fuerzas Federales gozaron de un amplio respaldo discursivo por parte del EPN, quien solía reduir el desarrollo de sus capacidades institucionales al número de recursos y la nueva infraestructura militar.

Conocer la relevancia de analizar la narrativa de los discursos del presidente, por una lado, permite revisar las percepciones generalizadas de la política de seguridad durante el sexenio de EPN, identificando patrones u omisiones que podrían ser repetidas a lo largo de esta administración; y por el otro, abre camino para analizar qué lecciones brindan sus discursos, si consideramos que él representaba una institución privilegiada para elaborar y construir la realidad social a través de estos canales de comunicación.

A grandes rasgos, el proceso metodológico elaborado por el ONC contempló la recopilación de todos los discursos hechos por el presidente en los que hizo referencia al tema de seguridad, entre el 1ro de diciembre del 2012 hasta el 31 de noviembre del 2018. Los 232 discursos validados fueron analizados desde distintas perspectivas.

En materia de fortalecimiento institucional, el análisis elaborado identificó que durante los primeros dos años de gobierno, el planteamiento discursivo frente al tema era de carácter integral en el que se consideraba que este fortalecimiento tenía que involucrar a todas las dependencias de seguridad, tendría que estar basado en capacitación, recursos en infraestructura, acercamiento a las necesidades de la ciudadanía y con fortalecimiento en los marcos legales mexicanos.

Después de este periodo, el concepto de fortalecimiento se llevó a cabo de manera independiente en función del papel que cada institución jugó en el tema de seguridad, por lo que el crecimiento entre unas y otras fue asimétrico. Al final del sexenio, EPN cayó en zonas comunes al reducir este tema al número de elementos por dependencia de seguridad y recursos.

Como casos particulares, la Gendarmería fue presentada desde la campaña de Peña Nieto, como el principal proyecto en materia de seguridad que tenía por objetivo ser una policía con un perfil dual entre la policía civil y la milicia, con alta experiencia en el uso de tecnología, inteligencia y coordinación institucional. Sin embargo, durante todo el sexenio, la Gendarmería nunca consiguió consolidarse como un actor relevante en materia de seguridad en México e incluso el presidente, a lo largo de sus discursos, solía caer en contradicciones y planteamientos generales que más abonaban a cuestionamientos que a respuestas en concreto. Por ejemplo, en materia de fortalecimiento institucional hacia la Policía Federal (PF) -desde donde fue construida-, como cuerpo únicamente contaba con un número definido de recursos humanos e infraestructura, los cuales fueron reconocidos hasta el 2014 y durante toda la administración no se mostraron indicadores y resultados que permitieran evaluar su desempeño.

Un caso distinto fue la PF, ya que en su narrativa relacionada con en el fortalecimiento institucional se identificaron dos líneas muy claras sobre las cuales Peña Nieto basaba sus discursos: la primera es que EPN vio el fortalecimiento de esta dependencia desde una perspectiva más integral en comparación con la Gendarmería; y la segunda, es que en ocasiones, solía hacer referencia a su desempeño como un resultado de la actuación de las Fuerzas Armadas.

En estos seis años, Peña Nieto buscó exaltar la motivación organizacional de la PF, colocando en sus discursos acciones específicas que permitiesen demostrar el interés de la presidencia en este cuerpo policial. Por ejemplo: el 25 de septiembre de 2014, se refirió al Modelo de Desarrollo Policial como un mecanismo por el cual se llevarían a cabo programas de evaluación de confianza; capacitación continua; supervisión externa para su evaluación; el impulso a la Comisión Especial de Desarrollo Policial y la Clave Única.

A diferencia de la Gendarmería y la Policía Federal, los resultados obtenidos del análisis para las Fuerzas Armadas son más claros y permiten identificar que es notoria la inclinación por parte de EPN a exaltar su desempeño institucional. En un principio, y como antes se mencionó, las referencias eran generales y buscaban llevar al auditorio a un entendimiento más amplio de este tema.

Sin embargo, con el paso de los años, el fortalecimiento institucional se fue acotando al número de recursos proporcionados y la infraestructura que se desarrolló en este periodo tanto para el Ejército como para la Marina.

Ambas autoridades, encontraron en Peña Nieto un respaldo discursivo que los privilegiaba respecto al resto de instituciones que participaron en tareas de seguridad pública. Si bien se puede hablar de un fortalecimiento institucional similar al de la Policía Federal, sin lugar a dudas en la parte de motivación organizacional tuvo un impulso importante que vino directamente desde la Presidencia de la República.

De esta manera, el sexenio pasado deja importantes lecciones para esta administración y para los ejercicios de observancia. En primera instancia, la creación de la Gendarmería Nacional y su rol durante la pasada administración, dejó en claro que los procesos de fortalecimiento institucional deben responder a los objetivos y aspiraciones del Estado más que a la voluntad del presidente o de cualquier gobernante.

Además, es indispensable contar con indicadores o parámetros de evaluación que salgan de las métricas usadas anteriormente, y que permitan conocer el desempeño de cada una de nuestras instituciones más allá del número de elementos o recursos con los que cuentan.

Finalmente, es necesario comprender que las referencias que el presidente hacía por institución, tienen el potencial de influir en la percepción popular de su desempeño y de la confianza por parte de la población y de otras organizaciones del sector.

Coordinadora de Estudios Especiales
@AmbrosioJLaura @ObsNalCiudadano

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