El ex presidente Carlos Salinas de Gortari y el actual canciller, Luis Videgaray, mantienen una lucha de poder desde hace cerca de seis años, la cual ha tenido diferentes momentos cumbre, actores e implicaciones.

Por eso, no llamó la atención que Videgaray fuera uno de los ausentes en la fiesta de cumpleaños de Carlos Salinas el sábado pasado, en la que departieron miembros del gabinete, gobernadores y el presidente Enrique Peña Nieto. Sobre todo en un momento en el que se libra una nueva etapa en el pleito: la ‘persecución’ de su hijo mayor, Emiliano Salinas Occelli, fundador y presidente de la empresa Executive Success Program (ESP), relacionada con el grupo Nxivm, de Keith Raniere, acusado de marcar con sus iniciales a mujeres y esclavizarlas sexualmente.

Tras la publicación de un reportaje de The New York Times que revela las prácticas del grupo de Raniere, en octubre del año pasado, y luego de que las autoridades estadounidenses y canadienses comenzaron a investigarlo, Salinas Occelli emitió un comunicado desvinculándose de las acusaciones, pese a que la firma que fundó junto con su socio Alejandro Betancourt opera bajo la licencia de Nxivm.

“Queremos manifestar que la metodología de ‘Cuestionamiento Racional’ que impartimos en México, bajo el nombre de Executive Success Program (ESP), está basada completamente en el respeto a los derechos humanos y apegada a todo tipo de marco legal. Es importante aclarar que no tuvimos conocimiento previo de las denuncias realizadas contra el señor Keith Raniere ni de las supuestas prácticas ilegales que involucran a éste”, expuso.

El 25 de marzo, la historia dio un giro: Keith Raniere, quien había viajado a Monterrey, Nuevo León, para presuntamente reunirse con algunos de sus seguidores —la mayoría grandes empresarios regiomontanos— fue detenido en una lujosa villa de Puerto Vallarta, Jalisco, por la Policía Federal.

La extradición de Raniere a Estados Unidos se hizo en tiempo récord, pues fue trasladado a Texas apenas unas horas después de su aprehensión. Ahí estuvo la mano del canciller Videgaray, quien dos semanas antes se había reunido con el yerno de Donald Trump, Jared Kushner, para tratar distintos asuntos de la relación bilateral.

Trascendió que algunos de los afiliados a la red de Nxivm en México incluyen a Alejandra González Anaya, hermana del actual Secretario de Hacienda, José Antonio González Anaya, quien a su vez es concuño del ex presidente Carlos Salinas; al abogado Federico de la Madrid Hurtado y a su esposa Fabiola Sánchez de la Madrid, entre otros empresarios cuyos nombres no han querido ser revelados.

La semana pasada, el periodista Carlos Loret de Mola publicó que las autoridades estadounidenses también estarían investigando los vínculos de Raniere con empresarios mexicanos que le dieron protección. Aquí, la estrecha relación Videgaray-Kushner juega un rol más que relevante.

Además de la marca Executive Success Program, Emiliano Salinas y Alejandro Betancourt operan en México la firma MoneyBack, que brinda el servicio de administración de devoluciones de IVA a extranjeros con calidad de turistas. Esta empresa también tiene una licencia de la estadounidense Nxivm. Asimismo, son dueños de Prorsus Capital, un fondo de inversión especializado en el desarrollo de negocios con presencia en México y Latinoamérica.

Otros episodios que dan cuenta del enfrentamiento entre Carlos Salinas y Luis Videgaray son, por ejemplo, la salida de Emilio Lozoya Austin de la dirección general de Pemex, en febrero del 2016, a solicitud del entonces secretario de Hacienda. Videgaray había recibido una carpeta con información de las presuntos actos de corrupción y la mala administración del funcionario. Lozoya Austin es hijo de Emilio Lozoya Thalman, amigo de Salinas y secretario de Energía, Minas e Industria Paraestatal durante su sexenio.

Otro exabrupto tienen que ver con la salida de Claudia Ruíz Massieu, sobrina de Salinas de Gortari, de la Secretaría de Relaciones Exteriores a inicios del 2017. Fue sustituida por Luis Videgaray, quien se mantiene en el cargo pese a que sus oficios de canciller no han resultado muy eficaces debido a la forma en la que Donald Trump ha conducido su política exterior.

Tras el desplazamiento de Ruíz Massieu y de Paulo Carreño —hijo de José Carreño, vocero de la administración de Carlos Salinas— circularon versiones que daban cuenta de un rompimiento entre el presidente Enrique Peña Nieto y Carlos Salinas de Gortari.

La llegada de Peña Nieto a la fiesta de 70 años que celebró Salinas de Gortari el sábado pasado pudo haber sido un mensaje de reconciliación, pero también una muestra más de que, pese a todo, Luis Videgaray sigue siendo el hombre con más poder dentro del gobierno federal.

Twitter: @MarioMal
Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

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