El ajedrez es un recreo para el espíritu y una manera de divertirse mediante combates de ideas.

Pero a veces, aunque es un juego de guerra por excelencia, la lucha termina empatada, o sea, en tablas.

El escritor Juan José Arreola dijo: “La única finalidad de una partida de ajedrez es hacer tablas. Que los dos jueguen tan bien que la partida tenga que ser irremediablemente tablas...

Si no quieres perder, nunca trates de ganar; si quieres ganar, resígnate a perder... Debemos hacer tablas con Dios, debemos hacer tablas con el prójimo, debemos hacer tablas a final de nuestra vida”.

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