Fuentes federales me aseguran que la orden vino de Los Pinos. Que la instrucción de correr al fiscal para delitos electorales, Santiago Nieto Castillo, no fue una ocurrencia del procurador en funciones Alberto Elías Beltrán.

A Santiago Nieto lo tenían en la mira y él les dio una excusa. En la cúpula del gobierno federal no lo querían desde que apestó el nombramiento del verde ecologista Arturo Escobar como subsecretario de Gobernación. Todo fue empeorando: tras varias declaraciones públicas y filtraciones que realizó como titular de Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), le achacaban exceso de protagonismo, falta de sigilo en el manejo de las investigaciones y hasta una sutil seducción por complacer la agenda de la oposición y concretamente de Morena.

Pero luego llegó Raúl Cervantes a la PGR y la relación mejoró. Santiago Nieto no era un fiscal cómodo, pero la llevó bien con él, al grado que acudió a su comida de despedida (la foto conmemorativa se hizo pública en la redes sociales del hoy ex titular de PGR) y Cervantes dedicó a su labor un elogioso párrafo en su sorpresivo discurso de despedida ante senadores.

Quizá por eso tan pronto se fue Cervantes cayó Santiago Nieto. Lo acusan de haber compartido información con los periódicos El Economista y Reforma, que compromete la investigación sobre el caso Odebrecht pues abre la puerta para que los abogados del ex director de Pemex, Emilio Lozoya, le tramiten un amparo por considerar que se vulneró su presunción de inocencia.

Esa es la versión oficial. Las formas marcan otra cosa.

Es claro que Santiago Nieto Castillo no era cómodo para el gobierno. Por el caso Odebrecht y por cómo estaba llevando los expedientes contra el PRI: la elección en Coahuila y el caso del ex gobernador de Chihuahua César Duarte.

Pienso que es imposible que en Los Pinos no hayan calculado el costo político y el impacto mediático de correr a Santiago Nieto. Aun así lo hicieron. Señal de que les vale. Que van por todas. Y la FEPADE es una posición estratégica que no podían dejar en manos de alguien a quien no le tenían confianza. Es verdad que Nieto Castillo se las puso en bandeja, pero no dudaron en tomarla.

Claro, se vino el escándalo: las organizaciones de la sociedad civil, las universidades, la prensa incluso internacional. La oposición en el Senado anunció que buscará revertir el cese de Santiago Nieto.

Pero necesita dos terceras partes de los votos. Sin el PRI no los tienen. Y aunque de bote pronto el líder priísta Enrique Ochoa habló maravillas del ex titular de FEPADE al enterarse de su despido, es previsible que los legisladores de este partido acaten la línea.

SACIAMORBOS. Este miércoles se presenta el informe conjunto —elaborado por el Inacipe, Jurídicas de la UNAM y el CIDE— sobre el estado de la procuración de justicia en el país. Se prevé una reprobación atroz. Están convocados el gabinete de seguridad federal, la Suprema Corte y procuradores estatales. Lo de Fepade va a ser tema.

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